"Fatiga psicológica crónica"

Después de tantas emociones vividas, después de tanta tensión, después de tantas ansias de liberación, después de tanta adrenalina liberada el viernes en la ascensión al Alto de Malhão -recuerden: a un kilómetro de la llegada de un puerto en el que había ganado en 2010 y terminado segundo en 2009, lanzó un ataque con el que seleccionó a un grupo de solo cinco-, llegó la contrarreloj que debía decidir la Vuelta al Algarve y Alberto Contador sucumbió.

Contador terminó 14º, a 45s (en 17 kilómetros) del alemán Tony Martin (uno de los cuatro que resistieron su ataque en Malhão, aquel joven potente rodador que le disputó a Gárate la victoria en el Ventoux en el Tour de 2009), quien también se proclamó ganador final (el madrileño acabó cuarto).

"Es un síntoma de la fatiga psicológica crónica que arrastra", dice un amigo del ciclista de Pinto, quien disputaba, en el sur de Portugal, su primera competición desde su tercer Tour victorioso.

La fatiga mental no le llegaba sino de un otoño y un invierno convertidos en un sinvivir, unos meses de lucha y combate para demostrar su inocencia tras el positivo por clembuterol en un control antidopaje en el Tour. "Y no solo su inocencia... Fue una batalla por la salud pública", dice su gente, "pues ha logrado alertar a la sociedad de que la posibilidad de una contaminación alimentaria nos afecta a todos".

Recién recobrada su libertad para competir gracias al archivo del expediente por parte de la federación española y tras 205 días sin hacerlo, Contador partió hacia el Algarve, su tradicional punto de arranque de la temporada y donde ya se había impuesto los dos últimos años.

"La contrarreloj no ha salido bien, pero estar aquí ya es un triunfo", dijo Contador, quien se concentrará unos días en Mallorca con su equipo, el Saxo Bank, antes de disputar la Vuelta a Murcia a partir del 4 de marzo. Después correrá la Volta a Catalunya, la Vuelta a Castilla y León y el Giro de Italia. "Este año no he podido entrenarme tanto, pero eso también será mejor porque siempre empiezo demasiado fuerte y luego tengo que medir mucho más los descansos. Este año podré ir más tranquilo", dice.