Euroasco
Berlusquini y Campsino serían hoy el asombro de Europa, si Europa no fuera ya una vieja alcahueta moralmente artrítica e incapaz de sorprenderse y, por qué vamos a negarlo, poco autorizada para repartir lecciones de ética entre sus pintorescos gobernantes. Aquí, quien más quien menos se ha paseado en yate con un sátrapa de los medios de comunicación y traficante de armas a la vez -véase Sarkozy-, o se ha bailado un bolero, mejilla contra mejilla, con Obiang, como hizo el consuegro de Raphael y admirador de Julio y de la Iglesia... Si repasáramos la agenda de las vacaciones privadas de muchos altos cargos obtendríamos un plano real de la repugnante geografía de la doble conciencia.
Aquí, en Bruselas, quiero decir, se ha hecho la vista gorda sobre demasiados asuntos. Desde las ilegalidades del primer ministro italiano, y no solo en el terreno de su patética vida sexual, hasta la abolición por narices del multiculturalismo, perpetrada por el socio europeo mediopensionista, Cameron. La Unión Europea asiste, imperturbable, a su propia degradación, tan indiferente como cuando contempla, sin aspavientos, el desempleo que azota a los jóvenes -21% en Europa; 42,8% en España-, o el empuje de las revueltas populares norteafricanas... Ejemplos para avergonzarse, sobran.
A Berlusconi hace tiempo que la UE habría tenido que repudiarle; suerte que las mujeres italianas, incluidas las tres juezas, van a por él. En cuanto al "candidato más respaldado de la historia de los candidatos de todas las democracias occidentales", sé que debería reírme pero no puedo, porque a lo mejor lo que dice es verdad.
Jóvenes en paro, salid a las plazas, encontrad vuestra voz. La juventud árabe también estaba en la calle, sin nada que hacer. Simplemente, tomaron el timón. Pacíficamente. Y son multitud. Que nadie más que vosotros determine vuestras vidas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El Govern recomienda usar mascarilla en el transporte público ante el auge de la gripe
Elecciones presidenciales de Chile 2025, en vivo | Abren las mesas y comienza la votación
La Real Sociedad destituye a Sergio Francisco y nombra, de manera interina, a Jon Ansotegi
Localizan en una playa de Melilla un cadáver arrastrado por el temporal
Lo más visto
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- Los 50 mejores libros de 2025
- Rusia eleva la presión sobre la UE con una demanda para evitar que financie a Ucrania con sus activos congelados
- El jefe de la misión de rescate de María Corina Machado: “Fue una de las operaciones de mayor riesgo en las que he participado”




























































