El jefe militar de Perú planea denunciar al ex embajador de EE UU

Paul da Silva, recientemente nombrado comandante general del Ejército peruano, negó ayer estar vinculado con el narcotráfico, como sugiere un cable diplomático redactado por la Embajada de Estados Unidos en Lima. El general, que fue designado jefe del Ejército el pasado 6 de diciembre, confirmó haber tenido una reunión en 2007 (cuando era jefe de una región militar del norte del país) con un prominente empresario pesquero que ese mismo año fue detenido por intentar exportar un enorme cargamento de drogas camuflado en pescado congelado. Pero el general indicó que la reunión tenía por objetivo negociar una compra de alimentos para su institución y que en ese momento ignoraba las actividades ilícitas de Rolando Velasco Heysen.

"Esto se ha hecho con la finalidad de dañar la imagen de las instituciones armadas", dijo Da Silva en rueda de prensa. Silva amenazó con demandar al embajador Peter McKinley, que dirigió la delegación diplomática estadounidense en Perú hasta hace unos meses. "Él ha sido el promotor de esta infamia", declaró el uniformado.

El Gobierno de Alan García también ha salido al frente a defender al Ejército de las afirmaciones hechas en los cables filtrados por Wikileaks, que aseguran que la red de corrupción de Vladimiro Montesinos sigue activa dentro de las Fuerzas Armadas y que varios altos mandos militares reciben sobornos de narcotraficantes. "No tengo evidencia de ello, pero seguro que tomaré las acciones más drásticas porque eso no lo voy a aceptar de ninguna manera", declaró el ministro de Defensa, Jaime Thorne, quien aseguró que Da Silva seguirá al frente del Ejército pero que la información contenida en los cables será investigada.

• Nacionales
• Internacionales