Mas defiende ahora la emisión de bonos para reactivar la economía

Convergència i Unió (CiU) ha activado desde hace tiempo todas las alarmas y avisa que en las arcas de la Generalitat no hay ni un euro. Y Artur Mas, candidato convergente, le puso ayer nombre y apellidos a esa realidad: una deuda de 40.000 millones. "Hace cuatro años era la mitad", deploró el candidato convergente en una reunión con un centenar de empresarios. Ante esa situación, Mas no descartó "en absoluto" seguir la senda del tripartito y emitir bonos en el futuro: "No lo critico ni lo descarto. Lo que no puede ser es que ese dinero se use para pagar las nóminas, la luz y el agua, y no para generar más políticas de liquidez y crédito".

Contrasta la actitud de Mas de ayer con la del pasado mes de octubre, cuando criticó duramente la emisión de bonos, tanto por el alto precio que pagará la Generalitat como por lo "vacía" que está la caja de la Administración catalana.

En cualquier caso, CiU ha decidido aparcar su discurso más soberanista y centrarse en la economía. Ante los empresarios, Mas volvió a su discurso de hacer "despegar" Cataluña. Su objetivo es reducir el paro del 17% al 10%, la media europea. No prometió puestos de trabajo, pero se ofreció a cambiar el paisaje con un Gobierno "serio", que despierte credibilidad en los mercados.

Por la noche, no se movió ni un milímetro de ese guión en el mitin en Reus ante unas 1.300 personas en el pabellón de Pare Manyanet. "Es que no nos podemos mover de aquí en 15 días. Sé que es aburrido y que nos lo pasaríamos mejor si hiciéramos chistes sobre el tripartito, pero ahora no toca", dijo en medio de una salva de aplausos.