¿Quién invita al té?

Los candidatos del Tea Party hacen exhibición de su amplia cultura ignorando los nombres de los Padres Fundadores o el hecho de que la Constitución americana consagre la separación Iglesia-Estado. Pero la prensa americana no ignora quién paga la factura del Tea Party. Rick Scout, su candidato en Florida, es titular de una empresa sanitaria que quizás no gane tanto con la reforma de Obama. El candidato Rand Paul también es empresario del sector sanitario. Carl Paladino, candidato por Nueva York, es el mayor especulador inmobiliario de la zona. También tienen algún sindicalista o empresario de éxito como floreros. Su propuesta estrella es reducir el papel del Estado, que en plata significa mantener la bajada de impuestos a las rentas altas que impuso George W. Bush. Por si faltaba algo, Carl Rove, el factótum de los republicanos, ha sido un conocido lobbysta de las tabaqueras que ha aportado millones de dólares a las campañas republicanas que también se nutren de las petroleras y otros sectores de la seguridad privada y las armas.

Este sector ultrarrepublicano no puede ocultar que en su esencia representa el populismo más irresponsable financiado por los grandes intereses de siempre.