El lado golfo del PIB

Un intenso sofocón oprime a las estadísticas. El presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Jaume García Villar, acaba de declarar (Cinco Días, 20-10), como el que no quiere la cosa, que el producto interior bruto (PIB) contabilizará la prostitución, el narcotráfico y el contrabando. Asegura García Villar que el cómputo de tan virtuosas actividades está aceptado en los protocolos estadísticos y que su incorporación podría ser efectiva a partir del cambio de base en 2014. Cierto que la riqueza es neutra, que las meretrices generan plusvalía igual que cualquier grupo del sector servicios y que Jean-Baptiste Say, uno de los fundadores de la economía clásica, defendió el contrabando ("es un hecho inocente que la legislación convierte en delictivo"); pero son actividades que caen en o bordean la ilegalidad. Superada la primera sorpresa, surgen los problemas de cálculo. Muchas de las estimaciones sobre el PIB son indirectas, de forma que existen dudas sobre la precisión de la riqueza nacional. El contrabando o la prostitución añadirán más imprecisión.

Queda el recurso a las técnicas indirectas; la estimación objetiva, por ejemplo. Podría calcularse el ingreso de la mancebía por el tráfico de meretrices en la calle de la Montera o la longitud de los mostradores de los lupanares de carretera (la muestra puede buscarse en la cadena de locales de descorche instalada en batería en la nacional cinco); y el del comercio de matute por el número de salidas de las lanchas de la Guardia Civil. Más enredos en la balanza exterior de servicios: ¿cómo se pueden vigilar rigurosamente los saldos de tabaco, sexo y farlopa?

Conste que a partir de 2014 proliferarán los estudios de los bancos de inversión sobre el porcentaje de la economía que representan el lenocinio o el tabaco de contrabando; se harán proyecciones sobre su crecimiento a corto y medio plazo, el empleo que generan o el turismo que atraen; habrá quien reclame inversiones estratégicas para esos mercados; y los agentes de la benemérita estudiarán macroeconomía. Todo sea por la recuperación económica. Por cierto, ¿no es más urgente integrar en el PIB el trabajo de las amas de casa? La estimación sería más fiable y menos chocante.