La tubería de la refinería de Cepsa superó la última inspección

El accidente de la refinería de Cepsa en Huelva que provocó la muerte a dos trabajadores sigue rodeado de incógnitas. Lo que está claro es que el siniestro arrancó en una tubería de las instalaciones, pero no se sabe si fue por un defecto del material o por un accidente. Las incógnitas las debe resolver la comisión interna conformada para esclarecer lo ocurrido en el incendio del pasado 4 de agosto.

Las conclusiones del informe preliminar hechas públicas el jueves por UGT, integrante de la comisión junto con la dirección de la empresa, apuntan a que la fuga de crudo de la tubería, cuyos vapores entraron en ignición por un vehículo a motor, está en el origen del incendio. Pero ahora hay que concretar el motivo de la rotura de esa tubería que pasó la revisión técnica a final del año pasado y contaba con "todos los permisos", según fuentes de la compañía. UGT también certifica ese extremo, que "en la última inspección no se registró erosión alguna ni hubo alteraciones en los parámetros controlados de temperatura, caudal y presión". Fuentes sindicales señalan que la tubería "no había sufrido defectos", según los informes técnicos y añaden que "el caudal era tres veces menor que el diseño de la instalación".

La hipótesis más plausible es que el incendio se debiera a un motivo accidental, según el sindicato, pero, no obstante, la última palabra la tendrá el estudio metalúrgico sobre el tramo de tubería afectada en el que se originó el incidente y que realizará la Universidad de Sevilla. "No queremos descartar nada. El accidente pudo deberse a causas impredecibles pero también a un error de diseño o algún problema de fabricación", remarcaron las mismas fuentes.