Dos torbellinos

"¡Demonios, Rondo y todos ellos estaban pidiéndome que mantuviera a los chicos en la cancha. 'No los cambies', me chillaban!" Eso era lo que Doc Rivers escuchaba en su banquillo, ocupado extrañamente por los titulares. Transcurría el último cuarto, los minutos decisivos. Y Rondo, Pierce, Garnett y Perkins rogaban a su entrenador que mantuviera en juego a los reservas. Estaban maravillados por la exhibición de energía y el acierto de Nate Robinson, Glen Davis, Rasheed Wallace y Tony Allen. Ray Allen era el único titular en la cancha. Con esos hombres y en muchos minutos contra el quinteto de lujo de los Lakers, a excepción del renqueante Bynum, los Celtics decidieron el cuarto partido a su favor y empataron a dos la final de la NBA.

Nate Robinson, 26 años y sólo 1,75 metros, firmó 12 puntos en 16 minutos, y Glen Davis, de 24 años, fornido pívot de 2,06 metros con buena mano pero muchas veces ingenuo en sus acciones, hizo 18 en 22. Fueron las inesperadas armas que los Celtics esgrimieron frente a los Lakers. Después de un duelo tenso, durísimo e igualado, el partido desembocó en un último cuarto con las espadas en alto: 60-62. Robinson, hiperactivo, gesticulante, rápido y anotador. Davis, decidido, listo y con mucho tino en sus tiros cerca del aro. Ambos muy teatrales pero a la vez capaces de transmitir energía a sus compañeros y adrenalina al público. Entre los dos y otros dos reservas, Tony Allen que se encargó de sujetar, literalmente, a Kobe Bryant, y Wallace que trató de descentrar a Pau Gasol acosándole de manera permanente, propiciaron el estirón en el marcador: 85-74. Quedaban menos de tres minutos. Rivers devolvió a la pista a los titulares. Ya no tuvieron mayor problema en evitar las últimas embestidas de los Lakers.

"Ellos juegan un baloncesto muy emocional. Estaban entre la espada y la pared en este partido y jugaban con desesperación, hasta las últimas consecuencias. Hemos dejado que eso pasara", dijo Jackson. "Estoy decepcionado porque nuestros chicos ni han asegurado ni han capturado los rebotes. Tiramos mejor que ellos, pero esto no marca la diferencia. La diferencia en el juego estuvo en el número de lanzamientos, ellos tuvieron más que nosotros".

Los Lakers lanzaron doce veces menos a canasta. El motivo es que capturaron siete rebotes menos, perdieron tres balones más y robaron seis menos que los Celtics. Con ese saldo, no importa demasiado que Bryant saque nota con 33 puntos, incluidos seis de 11 triples, seis rebotes y dos asistencias, ni que Pau Gasol sobresalga con 21 puntos, seis rebotes, tres asistencias y dos tapones tras dar la cara ante todos los pívots de los Celtics. Los reservas de los Lakers fueron superados de manera estrepitosa por los de los Celtics: 36-18. "Coincidió ese momento de inspiración suya con unos lapsus en nuestros movimientos del balón y en la ejecución y así se nos fue el partido", resumió Gasol. El quinto encuentro, la madrugada del lunes (2.00, Canal+), de nuevo en Boston.