Cospedal pide unidad al PP de Castilla- La Mancha en plena guerra del agua
Reclama tranquilidad por carta a la militancia, preocupada por la presión

La guerra del agua ha sido un quebradero de cabeza para Dolores de Cospedal desde que dejó la consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid para ocuparse del PP de Castilla-La Mancha, en abril de 2006. Pero la presión nunca había llegado tan lejos como esta semana, cuando la secretaria general del PP ha sufrido varios abucheos a la entrada de sus actos y constantes críticas en los medios locales.
Aunque Cospedal y su entorno insisten en transmitir una imagen de calma -ayer mismo evitó el asunto en un acto y se concentró en hablar sólo de economía- en el PP de Castilla-La Mancha hay preocupación. Los dirigentes temen que cale la campaña del presidente, el socialista José María Barreda, que ataca a Cospedal por no haber sido capaz de votar en el Congreso un Estatuto mucho más suave del que ella misma pactó y aprobó como diputada autonómica en las cortes regionales.
"Las elecciones están cerca y tenemos que estar más unidos que nunca"
Su entorno cree que ganará, pero teme el mensaje de que no defiende a la región
Cospedal se multiplica. Organiza actos por doquier -se ha llevado incluso a Mariano Rajoy-, ofrece entrevistas en todas las radios... Pero no basta. Así que, consciente de la inquietud que se vive en su partido, ha decidido enviar una carta a todos los militantes en un tono claramente defensivo frente a la "campaña de difamación contra el PP", y que llega incluso a pedir unidad interna, una clara evidencia de la preocupación con el asunto.
"En primer lugar trasladarte tranquilidad", arranca el texto. "El PP ha defendido, defiende y defenderá, por encima de todo, el bienestar de todos los castellano-manchegos. El PP defiende Castilla-La Mancha y España, el PSOE sólo sus intereses electorales".
La carta explica la enmienda que presentó el PP a última hora y que el PSOE rechazó. Ese texto fue pactado en el último momento en un despacho del Congreso de los Diputados. Allí estaban Cospedal y Ramón Luis Valcárcel, el presidente murciano, que quiso demostrar públicamente su fuerza en el PP. La tercera persona en ese despacho era Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz en el Congreso, que logró arrancarles un pacto.
"Te pido que me ayudes a contar la verdad de lo que está pasando y me pongo a tu disposición. Estamos muy cerca de que se produzca el cambio. Las elecciones de 2011 están cada día más cerca y en este momento tenemos que estar más unidos que nunca. Quiero transmitirse ánimos y mi más entera confianza de que vamos a cambiar esta región", concluye la carta.
En el PP regional no hay ningún sector crítico contra Cospedal, y menos ahora que las encuestas la dan ganadora. Pero sí hay muchos dirigentes preocupados, y así lo expresan en privado, por el hecho de que la estrategia de Barreda dé resultado y el PP se haya dejado colar un gol. "No es tanto el agua, que no afecta a toda Castilla-La Mancha ni a una provincia clave como Ciudad Real, es el mensaje de que el PP no defiende los intereses de la región, que se pliega a Murcia o la Comunidad Valenciana, donde gobernamos. Si cala, eso sí es demoledor", explica uno de ellos.
Castilla-La Mancha no es una región cualquiera. Buena parte del éxito o el fracaso del PP en las municipales y autonómicas de 2011 se juega en esta comunidad. Si gana, Cospedal dejará con toda probabilidad la secretaría general -la sustituta más probable es Ana Mato- y la victoria en un feudo del PSOE despejará el camino a La Moncloa de Mariano Rajoy. Si pierde, será una enorme frustración.
La victoria o derrota está en un puñado de votos, especialmente en Ciudad Real. IU es muy pequeña en esta región y no tiene diputados autonómicos, así que todo se juega a cara o cruz entre el PSOE y el PP.
Los estrategas del PP, aún confiados en la victoria de Cospedal, recuerdan que el PSOE regional, antes con José Bono y ahora con Barreda, siempre ha sido muy hábil para distanciarse del PSOE nacional. Todos recuerdan las peleas de Bono con las Hoces del Cabriel y ahora de Barreda con el almacén nuclear. Así ha conseguido que el voto fuera muy superior al que los socialistas obtienen en la región en elecciones generales (hasta 20 puntos más).
Es algo que Cospedal, como secretaria general del PP, no puede permitirse. Aún así, su entorno está convencido de que con un discurso centrado en la crisis económica, la gran preocupación ciudadana, ella podrá ganar en 2011. En cualquier caso, todos admiten que un año en política es una eternidad y es difícil hacer pronósticos.

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