Barreda y Cospedal se acusan del fracaso de la reforma del Estatuto

La batalla para ganar el favor de la opinión pública es la que ahora libran el presidente de la comunidad de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y la presidenta del PP de esa región, María Dolores de Cospedal. Ambos tratan de convencer de que el otro es el culpable de que el Estatuto de Castilla-La Mancha haya fracasado. De momento, los agentes sociales, aunque sin virulencia, se inclinan por poner mayor carga de responsabilidad en el PP, por la frustración de que la región se queda sin Estatuto.

El sindicato agrario mayoritario, Asaja, también ha mostrado su disgusto. No por casualidad el presidente del PP, Mariano Rajoy, junto a María Dolores de Cospedal, ha improvisado para esta mañana un acto en un hotel de Toledo.

Pero el debate a cara de perro se celebrará el lunes en el Parlamento de la región, convocado a petición de Barreda, en el que pedirá a los parlamentarios regionales que pidan al Congreso la devolución del Estatuto de manera que no llegue al pleno de la Cámara baja y no se registre, por tanto, su rechazo. El PP votará en contra de esa retirada.

Los socialistas lo justifican ante "el insulto" que ha supuesto la "única" oferta del PP, presentada por sorpresa en el momento de empezar el miércoles la discusión y votación del texto en la Comisión Constitucional del Congreso. Los populares eliminaban el establecimiento de una reserva hídrica de 4.000 hectómetros cúbicos para satisfacer las necesidades de la región, aprobada en la ponencia, y dejaban esa cifra como un mero comentario teórico.

No obstante, Dolores de Cospedal quiere poner en valor haber conseguido en el último momento el acuerdo con el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, en torno a una propuesta.