Ondas
Una bruja rubia de gesto suave y voz meliflua llamada Nieves Herrero, abyecta conductora junto a la progresista Olga Viza de un intento de linchamiento popular en el pueblo de Alcàsser, recibió el premio a la mejor comunicadora en unos premios Ondas, ceremonia montada por la nueva y querida casa que me alberga. Y es maravillosa la ausencia de prejuicios, el pragmático reconocimiento del vale todo a condición de que ese producto se venda bien, la convicción de que todo es espectáculo si tiene arraigo popular, independientemente de que su estética sea cochambrosa e inexistente su ética, de que ofrezcan certificados de honor a la mierda.
Me pregunto qué tipo de respeto merece el Premio Nobel de la Paz cuando se le concedió a un sofisticado intelectual que descubrió la eficacia del napalm como arma disuasoria no ya sobre los guerrilleros del Vietcong, sino sobre las mujeres, los ancianos y los niños que olieran a enemigo, como Henry Kissinger. O qué veredicto literario adquiere legitimidad al negarle el Nobel a Borges, en la seguridad de que este escritor incomparable cometió de buena o de mala fe algo tan inexacto y repugnante como calificar de "caballeros" a los legalizados asesinos de la Junta Militar. Y todo por el odio al nazi Perón, ese plebeyo que arrasó con el señorío intelectual de toda la vida. Escuchen ese tratado de descarnada sabiduría titulado Cambalache y me entenderán.
Me cuentan que los racionales Ondas le han otorgado el trono a ese fascinante conductor de heces llamado Jorge Javier Vázquez. Y deduzco que todo va bien, que legitimas el supremo valor de la audiencia, que los exquisitos valedores del público escogido -el Plus es otra cosa, leer EL PAÍS y escuchar la SER otorga certificado de legalidad progresista- también saben apreciar las circenses virtudes del sonriente profesional de la televisión más asquerosa que existe. A cada uno lo suyo. A Enric González le han concedido el Cerecedo. Ten cuidado. Si vendes masivamente tu producto, da igual que esté regido por la inteligencia o por el embrutecimiento, pueden darte el Ondas. O que te exilien al desierto dorado.
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