La ola de calor mengua sin causar daños

Poca tregua dio ayer el calor que tostó Cataluña desde el domingo y el trabajador de la foto, en la Gran Vía barcelonesa, no debía ser el único que recurrió al agua fresca. La temperatura más alta rebasó, el martes, los 40 grados en Seròs (Segrià), y el Observatorio Fabra registró la quinta temperatura más alta desde 1913, 37,8 grados. En muchos lugares fue el punto álgido del verano, pero no hubo ni grandes fuegos ni problemas de salud graves. Hoy se espera que las temperaturas máximas ya remitan, lentamente, y que se coloquen en los 31 grados en el litoral y el Pirineo y en los 35 en el interior. Así que la alarma antiincendios era la única que se mantenía activa esta mañana.