Rajoy rubrica la quiebra institucional al acusar a Zapatero de "inquisidor"

El nuevo curso político arrancará en septiembre en plena quiebra institucional por una colosal escalada de descalificaciones entre los dos grandes partidos. La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, firmó la declaración de guerra cuando acusó sin prueba alguna al Gobierno socialista de espionaje ilegal. Mariano Rajoy, el líder del PP, rubricó ayer esta estrategia de confrontación al acusar a Zapatero de ordenar ataques "inaceptables e inadmisibles" a su partido y de practicar la inquisición.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, calificó estas afirmaciones de "grave infamia", e interpretó que el PP "dice esas barbaridades tan grandes para tapar el Titanic" de la corrupción. "Estas acusaciones se hacen con pruebas y en el juzgado, no sin pruebas desde la playa. Calumnias e infamias no caben en una democracia", declaró el ministro visiblemente molesto.

Por otra parte, Rubalcaba explicó que el delegado del Gobierno en Palma ha abierto una investigación para saber por qué no se cumplió su orden de que los imputados del PP en el caso del velódromo fueran llevados ante el juez sin esposas.