Adiós a un periodista

Hace una semana murió Eduardo Chamorro, periodista. Sus amigos se juntarán hoy, a las 19.30, en la iglesia del Cristo de las Victorias, en el número 33 de la calle de Blasco de Garay, en Madrid. Ésta es una convocatoria para un funeral, es decir, para la ceremonia de un adiós. A esa hora en que sus parientes y amigos se concentrarán en torno a la figura del periodista ido era cuando él comenzaba la vida vespertina, cuando buscaba amigos por la ciudad e iba a reunirse -como decía aquí el último miércoles Miguel Ángel Aguilar- en los bares donde estaban las noticias. Esta ciudad de Madrid ha conocido algunas épocas doradas del periodismo, y la que protagonizó Chamorro, en Cambio 16 y en los medios aledaños, era una de ésas; era el territorio de Cerecedo, la época de Benet, el tiempo de las noches sin fin. Chamorro era un testigo y un protagonista que con su voz de trueno salía a la calle desde esta hora en que hoy nos convoca su ausencia para decirle adiós.