El arriesgado regreso de Robben

Respecto a Robben caben dos alternativas. O los partes médicos que auspicia la empresa Sanitas para el Madrid son producto de la incompetencia o Juande Ramos, el entrenador, está muy desesperado y piensa en poner al holandés a jugar contra el Barça a pesar de que sufre una rotura fibrilar. En ambos casos, el Madrid tiene un problema.

Arjen Robben se entrenó ayer con normalidad por tercer día consecutivo a pesar de que el martes 21 de abril, tras sufrir un tirón frente al Getafe, los médicos que firman los partes del Madrid señalaron que le habían detectado un desgarro muscular que le mantendría "entre dos y tres semanas de baja". No han pasado dos semanas.

Aquella fue la novena lesión del atacante en 18 meses. Fue producto de la precipitación. Robben venía padeciendo contracturas en las pantorrillas y, a pesar de las advertencias, Juande le puso a jugar contra el Getafe tras el descanso. El Madrid iba empatando (1-1) y el entrenador consideró que merecía la pena arriesgar la salud de Robben para remontar. La medida resultó un fracaso. Robben no sólo no hizo nada. Además, tardó menos de 20 minutos en pedir el cambio. Los médicos dijeron que se había roto. Ahora, los hechos parecen desmentir aquel diagnóstico.

El caso permanece envuelto en el misterio, como tantos otros relativos a la salud de los jugadores del Madrid desde que Sanitas se hizo cargo de los servicios médicos en el verano pasado. La empresa prohíbe a los médicos del Madrid explicar las lesiones de los jugadores, como habían hecho siempre. Sólo se emiten partes poco específicos y, como en el caso de Robben, aparentemente incorrectos. Porque cabe una opción en descargo de los médicos: que Juande piense en poner a Robben sin estar recuperado del todo. Como dijo ayer el técnico: "Ponderaremos los riesgos y decidiremos [si es titular]".