Bea la grandullona

Odiaba su nombre, Bernice, que sus padres le pusieron cuando nació, el 13 de mayo de 1922 en Nueva York. Así que se lo cambió por uno de una sola sílaba: Bea (pronunciado Bi). Siempre fue la más payasa de la clase, y la más alta. Quería ser actriz. Una gran diva. Y tuvo que luchar por ello. Como le dijo la actriz Tallulah Bankhead: "Tienes talento. El problema es tu estructura ósea". Bea pensó: "Te demostraré que te equivocas".

Su carrera está indisolublemente unida al personaje de Dorothy, la más sensata, responsable y borde de Las chicas de oro, la serie sobre cuatro jubiladas sin pelos en la lengua que entre 1985 y 1992 le dio a la tercera edad su merecido hueco en la tele (hueco que hoy brilla por su ausencia). Las chicas de oro dio la vuelta al globo. A Televisión Española llegó en 1986, pero para entonces Arthur ya era una celebridad, con premios a sus espaldas, como el Emmy de 1977 a la mejor actriz protagonista de comedia (lo volvió a ganar en 1988).

Su carrera arrancó en el teatro y tuvo mucho éxito en Broadway. A pesar de su voz ronca y grave, era muy buena cantando. En 1966 logró el Tony a la mejor actriz de reparto por su papel en Mame, con su amiga Angela Lansbury (Se ha escrito un crimen).

En ese escenario Bea tuvo la revelación de su vida: hacer bien un papel cómico consiste en estar terriblemente seria. Entre 1974 y 1978, protagonizó Maude, una exitosa serie de televisión sobre una feminista progre. Falleció de cáncer el 25 de abril a los 86 años. Con ella son dos las chicas de oro que han desaparecido en los últimos 10 meses.

Se casó y divorció dos veces. Gene Saks, su segundo marido, también actor y director, no pudo soportar el éxito de su mujer. La pareja adoptó dos niños y tuvo un montón de perros. Arthur era una ferviente defensora de los animales. Por su activismo hizo amistad con Pamela Anderson (como activistas de PETA). Hace cuatro años, en un homenaje a la explosiva actriz, Arthur protagonizó uno de sus momentos televisivos más hilarantes. Refiriéndose al libro autobiográfico de Anderson, Arthur dijo: "Uno de mis pasajes favoritos es cuando explicas cómo se folla por el culo. Me has abierto todo un nuevo mundo. Gracias cariño. ¡Dios te bendiga!".