Varios fugados de Deba dejan la provincia
Varios de los menores magrebíes fugados del centro que la Diuputación de Guipúzcoa mantiene en Deba que denunciaron malos tratos y después cometieron más de una decena de robos han optado por irse a otra comunidad autónoma. "Esto es muy humillante. ¿Te crees que a mí me gusta dormir en la calle? A Deba no vuelvo. ¿Cómo voy a volver a un sitio en el que el director me dijo que allí no me iban a llevar al taller, no me iban a tramitar los papeles y que lo mejor es que me pagara un billete para que me fuera? Tengo que irme", señala uno de los que siguen en San Sebastián.
Ayer tarde, cerca de una decena de menores inmigrantes recorrían los alrededores de la estación de tren de Atotxa. "¿Eres periodista? Iros a la mierda. Los periódicos sólo hablan mal de nosotros y nos traen problemas", espeta agresivamente un joven que acaba de cumplir 18 años y ha sido puesto en la calle -no aclara de qué centro viene-, drogado con disolvente. Algunos de los presentes han entrado y salido de Deba tras cada robo: la brecha entre ellos y los educadores parece insalvable. Aunque preguntados individualmente sus testimonios relaten hechos similares, como que varios er-tzainas les deshicieron el refugio que tenían con colchones y mantas debajo de un puente, nadie en las instituciones parece creerles. Tal vez por ello, los jóvenes ya no se fían de casi nadie.
En Deba, cuentan, ya no les pagan billetes de autobús desde que dos grupos acudieron a la fiscalía y al juzgado a denunciar el trato en el centro, donde, aseguran, varios educadores marroquíes no paran de llamarles "perros". No parecen ser conscientes de que las causas que han ido acumulando estos días por delitos de robo les perseguirán aunque se vayan. Incluso habían adquirido la costumbre de leer en los periódicos lo que se relataba de ellos. Todo lo que roban se lo gastan en comer y en tabaco y drogas.
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