Los socialistas minimizan su derrota tras los resultados del voto de la emigración

El apoyo mayoritario de voto emigrante ha dulcificado la derrota electoral de los socialistas. Aunque hayan perdido la Xunta, el hecho de haber logrado, gracias a la diáspora, un escaño más por Ourense a costa del PP, ha devuelto el optimismo en las filas del PSdeG.

"La subida del PP en Galicia ha sido ligera, sólo de un punto", se congratuló ayer el presidente de la gestora socialista, Ricardo Varela. Y la suma de los votos de PSdeG y BNG sigue superando a los cosechados por los conservadores, se jactó el dirigente socialista momentos antes de reunirse, anoche, con los cargos de su partido en A Coruña.

La coruñesa es la segunda circunscripción, tras Pontevedra, donde los socialistas más retrocedieron (2,75 puntos) y la primera en pérdida de votos, con 16.648 papeletas menos que en 2005. Pero, con 204.788 sufragios (el 30,32% de los emitidos), lograron mantener el mismo número de escaños (ocho) y eso anima internamente a relativizar la pérdida. El análisis en profundidad del veredicto en las urnas se dejará para los debates en las asambleas locales que se sucederán, entre el 19 y 29 de marzo, con el propósito de elegir a sus representantes para el congreso extraordinario del 25 de abril en el que se renovará la ejecutiva, el secretario general y "sobre todo la estrategia". "El liderazgo no es lo más importante", insistió Varela.

A Coruña, pese a ser uno de sus principales graneros de votos, es paradójicamente la única provincia en la que los socialistas no tienen una figura clara que los represente. Por un lado están los alcaldes de A Coruña, Ferrol y Santiago, que funcionan de forma independiente y más en clave local -salvo quizás el compostelano Xosé Bugallo, miembro de la ejecutiva federal- Por otro, está el presidente de la Diputación, Salvador Fernández Moreda, que se ha postulado abiertamente para convertirse en secretario provincial, cuando se cree ese cargo en un congreso previsto para otoño.