Ataque preventivo a la 'yihad'

Frente a los riesgos del terrorismo islamista, más vale prevenir que curar. Es la máxima que hoy prevalece en el seno de los servicios de información. La operación policial de ayer, que se saldó con 13 detenidos en Barcelona y Valencia, es un buen ejemplo de esa tendencia que pretende quemar a posibles aspirantes a la yihad antes de que se planteen el salto al terrorismo. Los arrestados están acusados, entre otros delitos comunes, de falsificar pasaportes. Los investigadores sospechan -por ahora no hay ni una sola prueba- que algunos de esos documentos pueden haber acabado en manos de células yihadistas para que sus miembros penetren, sin dificultad, las fronteras de Europa.

Los implicados -11 paquistaníes, un nigeriano y un indio- forman parte, supuestamente, de una red internacional con conexiones en Francia, Bélgica, Suiza, Reino Unido y Alemania. Su misión era robar pasaportes en España y enviarlos a Tailandia. Allí se manipulaban y se reenviaban a grupos de delincuentes. El Cuerpo Nacional de Policía estudia ahora, en colaboración con policías europeas, si hay "algún tipo de vinculación" con el terrorismo internacional, según la nota difundida ayer, extremadamente prudente en este punto.

Segunda en dos semanas

Se trata, en cualquier caso, de una nueva operación preventiva que se suma a la realizada por la Guardia Civil hace dos semanas. Apenas estuvieron tres días en los calabozos. Los agentes arrestaron entonces a seis personas, también naturales de Pakistán, por defraudar tres millones al IVA. Lo hicieron bajo la sospecha, "no constatada", de que ese dinero servía para financiar actividades terroristas.

En ambos casos, el objetivo no ha sido golpear el corazón de las células durmientes en España, sino erosionar los apoyos que Al Qaeda y sus marcas reciben para financiación o falsificación de documentos.

Igual que hace 15 días, la Operación Fish de ayer tuvo como epicentro el barrio del Raval de Barcelona. Los Grupos de Operaciones Especiales entraron en diversos pisos del casco antiguo por orden del juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska. Los agentes no hallaron armas ni explosivos, pero sí medio centenar de pasaportes y DNI falsificados y en blanco, además de material informático. Uno de los arrestados logró arrojar, antes de la entrada de la policía, una bolsa de plástico por la ventana del patio interior. La bolsa, que contenía pasaportes, fue recogida por un vecino, que la entregó a la policía.

En la localidad valenciana de Mislata hubo dos detenidos que vivían de alquiler en un piso interior. Los agentes entraron hacia las cinco de la mañana, mientras dormían, informa Lydia Garrido. Los investigadores sospechan que la red disponía en Valencia de una imprenta que daba cobertura a sus actividades.

Además de las falsificaciones, los detenidos están acusados de tráfico de drogas y tráfico de seres humanos. Ayer por la tarde, algunos fueron trasladados a Madrid. Durante los registros se practicaron, también en Barcelona y Valencia, una decena de detenciones más, en ese caso por infracción a la Ley de Extranjería.