"El hambre me llevó a la música"

Mide poco más de metro sesenta y goza de una elegante arrogancia. De abuelos gallegos -de Lugo-, Adrián Dárgelos, de 39 años, es el cantante de uno de los mejores grupos de rock argentino, Babasónicos. Su último disco, -tienen nueve-, se llama Mucho y es lo que suena en los áticos del bonaerense barrio de Palermo a la hora del cóctel.

Pregunta. Lleva 15 años con el grupo. ¿Qué hacía antes de ser cantante?

Respuesta. Nunca trabajé. No me gustaba. Tampoco me interesaba ganar dinero. Así que me vi empujado hacia la única afición que tenía, la música.

P. Dicen que es un tipo arrogante.

R. Mi arrogancia es una decisión poética.

P. ¿Es también Babasónicos un grupo arrogante?

R. No tratamos de ser personas de la calle. Es hipócrita pensar que en el rock todos somos iguales. Muchos músicos se avergüenzan de querer ir en limusina, aunque lo estén deseando.

P. ¿Qué le empujó a hacer música?

R. El hambre. En todos los aspectos. Por un lado, la pobreza que vivimos allá y, por otro, las ganas de crear caos y confusión en el mundo.

P. ¿De qué van sus canciones?

R. No sabría explicarlo, pero trato de que, además de un vehículo emotivo, sean un virus que siembre el caos. Como no podemos cambiar el mundo, lo llenamos de ideas contradictorias.

P. Los argentinos saben lo que significa de verdad la crisis. ¿Algún consejo?

R. Allá la crisis viene muy bien a la música porque los promotores ponen fin al esnobismo y dejan de traer bandas anglo. Las crisis son épocas de oportunidades.