Premios

Podríamos pensar, ahora que nuestra Comunidad se llena de reconocimientos a la labor gastronómica, que al fin hemos penetrado en los ficheros de aquellos cuya opinión sienta cátedra. Más aún, que hemos sabido, sin perder la propia personalidad, persuadir al juzgador de que no solo la cocina de la nata y la mantequilla es posible, que los conceptos que sugiere nuestra cultura mediterránea -no atlántica- se imponen por la fuerza de la razón, y que el desarrollo de la cocina que se lleva a cabo en nuestro entorno, partiendo de bases populares y tradicionales, alcanza niveles de desarrollo y sutileza impensables hace pocos años.

Es de suponer que en virtud de todas esas premisas haya sido concedido a Salvador Gascón, propietario del restaurante del mismo nombre en Cullera, el galardón nacional que premia sus desvelos en pro del turismo; casi a la vez que la famosa e indispensable guía Michelín ha distinguido a dos restaurantes valencianos con una de las estrellas que adjudica y que invisten a los locales que las ostentan de una suerte de halo de santidad, de una cierta distinción que parece los hace inmunes a los vaivenes de la vida y el mercado.

El restaurante Riff desde hace años ensaya hacer suyas las notas de calidad que distinguen a un local de los grandes de la medianía, para lo cual se ha esforzado en dar a las materias primas dulces y elegantes tratamientos que los incardinan en nuestro mundo pese a la procedencia alemana del cocinero propietario.

Y Vertical, que ha conseguido la ansiada estrella en menos de dos años desde su apertura, igualándose con ello a su hermano mayor, La Sucursal, y que une a una cuidada calidad en su cocina de aquí y ahora, unos precios ajustados y unas vistas incomparables.