Desbandada bancaria

Los valores bancarios europeos fueron ayer objeto de la presión vendedora en todos los mercados de valores. La consecuencia ha sido una nueva sesión bajista con algunos índices perdiendo más del 5%.

El Ibex 35 bajó el 4,11% para situarse otra vez por debajo de los 9.000 puntos, un nivel que muchos inversores empezaban a considerar como el punto a partir del cual se encienden todas las alarmas. El Ibex de los valores medianos cedió el 2,28% y el de los pequeños el 1,96%.

La lectura que hacen los inversores de la situación planteada por la ampliación de capital del Banco Santander es muy simplista, pero muy lógica. Si el muy regulado sistema bancario español "exige" a uno de los bancos más sólidos elevar el capital para mejorar su ratio de solvencia, es fácil imaginar lo que debería hacer el resto, y a estas alturas del curso parece que son muchos los inversores que andan escasos de liquidez como para atender una demanda de fondos generalizada.

Los mayores recortes se centraron en los bancos italianos y alemanes y, curiosamente, el Banco Santander quedó en un discreto, aunque todavía negativo, segundo plano en cuanto a la caída de su cotización.

El malestar del sector bancario se contagió con facilidad al resto del mercado al ser pocas las sociedades que no prevén tener problemas con sus cuentas en lo que queda de ejercicio. La evolución de la economía es, según todas las previsiones, muy negativa y el mercado no hace más que señalar con su actitud vendedora que todavía parece lejano el momento de hacer pie.

Frente a esa actitud, ayer se conocía el índice del instituto alemán ZEW sobre el sentimiento económico en este mes de noviembre que, aunque todavía negativo, ha mejorado sensiblemente tras las recientes rebajas de los tipos de interés. Sólo es la percepción de mejora de una de las variables, pero indica que algo está cambiando en el entorno y que a medio plazo se verán las consecuencias.

Los datos que llegaron desde Estados Unidos no animaron nada a los inversores europeos, que piensan que las ayudas al sector financiero, aunque generosas, pueden ser insuficientes.