Los Sanahuja planean deshacerse del 50% de Metrovacesa

Los Sanahuja pueden transmitir más del 50% del capital de Metrovacesa para poder refinanciar a un plazo de tres años la cuantiosa deuda que la inmobiliaria tiene contraída con las entidades financieras, informa el grupo familiar en un comunicado remitido ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La familia Sanahuja, que controla el 80,6% de Metrovacesa a través de varias sociedades, como Cresa Patrimonial o Sacresa Terrenos Promoción, indicó que a cambio de la transmisión de las acciones de la inmobiliaria podrían conseguir "líneas adicionales de liquidez por un plazo de tres años".

Además, el grupo, que se quedaría con el 30% del capital social de Metrovacesa, precisó que algunas entidades acreedoras estarían dispuestas a entrar en el capital de la inmobiliaria mediante la transmisión de acciones. El precio todavía no se ha acordado.

Los Sanahuja también han mostrado su disposición a que la propuesta sea aceptada por el "mayor número posible de acreedores que representen el mayor porcentaje posible de la deuda del grupo Sanahuja".

Condiciones

Sin embargo, señalaron en el comunicado que "la propuesta no tiene carácter vinculante" y estaría sujeta al cumplimiento, antes del 30 de noviembre, de ciertas condiciones exigidas por las entidades acreedoras, "en especial en relación con la información financiera del grupo".

La inmobiliaria que preside Román Sanahuja contaba, a 30 de junio, con una deuda que ascendía a 7.141,8 millones de euros. El grupo familiar, además, había logrado, a finales de octubre, 30 días más para seguir renegociando con sus bancos la refinanciación de la deuda de alrededor de 4.000 millones de euros que contrajo para comprar Metrovacesa. El objetivo de esa negociación consistía en reestructurar el calendario de amortización de sus créditos, ante los vencimientos previstos para este año aplazados por las entidades acreedoras.

Los Sanahuja se hicieron con el control de Metrovacesa a partir de un tour de force de opas abierta con el ex presidente y primer accionista de la inmobiliaria Joaquín Rivero a principios de 2006 y que derivó, ya en 2007, en un acuerdo para segregar la empresa. Los promotores catalanes se quedaron entonces con el control de los negocios en España, la marca Metrovacesa y un conjunto de edificios de Francia, mientras que Rivero asumió el control con la filial francesa de la compañía.