Neal Hefti, arreglista y compositor

Neal Hefti, uno de los grandes hombres en la sombra de la música estadounidense, falleció el sábado 11 en su casa de Toluca Lake (California), por causas no reveladas. Hefti, de 85 años, tuvo una participación destacada en los repertorios de las orquestas de Woody Herman y -sobre todo- Count Basie, antes de reciclarse en compositor de cine y televisión.

Neal Paul Hefti había nacido el 29 de octubre de 1922 en Hastings (Nebraska) y se dedicó a la trompeta para ayudar a la economía familiar. Trabajó con bandas de escasas ambiciones creativas e incluso pasó una temporada tocando música tropical en Cuba. Hasta que se descubrió que tenía una extraordinaria habilidad para escribir arreglos, potenciada por su afinidad por el jazz de las big bands. En los años cuarenta, colaboró en una de las más audaces, la Thundering Herd de Woody Herman; durante los cincuenta, rejuveneció la orquesta de su admirado Count Basie, en el periodo conocido como Nuevo Testamento.

Convertido en arreglista de prestigio, fundó su propia banda. Eran tiempos poco propicios para las big bands y Hefti se concentró en la más lucrativa faceta de director musical -en realidad, productor de plantilla- para sellos como Epic, Coral y Reprise. En la compañía de Sinatra, que ya en 1951 había grabado arreglos suyos (aunque firmados por Axel Stordahl), le permitieron discos delirantes, aunque fueron más memorables trabajos como Sinatra and swingin' brass o Sinatra-Basie: an historic musical first.

En la industria se asumió que Hefti dejó Reprise por no destacarse adecuadamente su aportación en aquellos magistrales elepés. Por su parte, el arreglista explicaba que llegó a cansarse del método de trabajo, que le obligaba a elaborar partituras con muchas prisas, con material que no siempre era de su gusto; no volvió a ponerse a las órdenes de otro cantante tras los discos con Sinatra. Como residente en Los Ángeles, sabía que los compositores de cine y televisión eran la aristocracia de la profesión y orientó sus energías hacia esa especialidad.

Acertó. Triunfó con la sintonía de la desenfadada adaptación televisiva de Batman (1966), que le proporcionó un Grammy. En el cine, destacaron sus scores para La pícara soltera (1964), Cómo matar a la propia esposa (1965), Duelo en Diablo (1966), Descalzos en el parque (1967), Corazón verde (1971) o La extraña pareja (1968), que también se convertiría en exitosa serie de TV. Las frecuentes versiones de Batman y los residuals (dinero que reciben los creadores de las teleseries en cada pase) le permitieron jubilarse tempranamente.