Un cónclave pensado para superar el 98,7% de síes

El PP es una formación que requiere de liderazgos sólidos, que no teme a las unanimidades y al mensaje único. Y con ese principio afrontan los populares valencianos su 12 congreso regional, con el que se quiere dar un nuevo impulso al mensaje popular, a la estructura del partido y, sobre todo, consagrar el liderazgo de su presidente Francisco Camps.

Este es un congreso bien distinto del que aupó al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, acosado desde dentro de su propio gobierno, a la presidencia del PP regional en el cónclave celebrado en Castellón en noviembre de 2004.

Entonces Camps tuvo que sufrir todo un calvario, con amenazas de lista alternativa por parte de los seguidores de Eduardo Zaplana, con la espada de Damocles de un grupo parlamentario amagando con tumbar a su propio Consell y con un Ejecutivo autonómico en el que las disputas eran frecuentes un día sí y otro también. Entonces Camps resultó elegido con un 78% de los votos de los compromisarios, un porcentaje inferior al que se había fijado el propio presidente de la Generalitat y que le sentó a cuerno quemado.

"Para que funcione este partido ha de estar fuerte y unido. Este partido está por encima de cargos públicos, militantes y simpatizantes y ni un sólo minuto desfalleceré porque este partido esté cohesionado, unido y fuerte", aseguró Camps hace cuatro años al ser elegido como nuevo líder del PP valenciano.

Este fin de semana, cuatro años después, demostrará que ha cumplido su promesa en un cónclave pensado para superar el 98,7% de los síes, el máximo refrendo que obtuvo Zaplana en el noveno congreso regional, celebrado en 1999, tras la consecución de la primera mayoría absoluta del Partido Popular en la Comunidad Valenciana.

Para ello, Camps volverá a recurrir a la estructura local del partido que tan buenos resultados le dió hace cuatro años. No es casualidad que las cuatro coordinadoras de las ponencias del congreso sean las alcaldesas Rita Barberá (Valencia), María José Catalá (Torrent) e Isabel Bonig (Vall d'Uixó) y la portavoz municipal Mercedes Alonso (Elche). Ni que la mayoría de los 1.500 compromisarios vengan avalados por los alcaldes de sus municipios.

En este congreso, Camps tiene garantizada una reelección con tan gran aval que hasta es posible que el congreso elija esta vez un presidente de honor.