El regidor de Foz se irá por sus diferencias con Caride

"Cumplí mi función con el partido perfectamente y la seguiré cumpliendo como militante de base". De esta forma ratificó el alcalde Foz, el socialista José María García Rivera, su decisión de abandonar la política por sus desavenencias con la Consellería de Política Territorial.

Los desencuentros comenzaron cuando el departamento de María José Caride instó al ente local de Foz a anular 40 licencias para construir 1.350 viviendas que fueron otorgadas el 29 de marzo de 2006 infringiendo, según el departamento de Política Territorial, el ordenamiento jurídico al haberse aprobado días después de un pleno en el que se había decretado la suspensión de licencias en este municipio.

Rivera no tomó en consideración la anulación decretada por la Xunta y ahora se congratula de su decisión. "Menos mal que lúcidamente dije que no acataba eso. Supe que no había razones para esa medida que la consellería consideraba ejemplarizante. ¿Ejemplarizante de qué?", se preguntó el mandatario con el aval de un auto judicial que dice que "no ha lugar" a esa paralización.

"Fue tremendo" evoca Rivera, quien afirma que ese desencuentro "sobrepasó la gota que colmó el vaso". Ahora dice que se irá porque no quiere molestar a nadie. "Quiero una política limpia, cercana a la ciudadanía y por lo tanto, lo mejor es abandonar", argumentó el alcalde.