Una marcha exige el cierre de la nuclear de Garoña

A la central nuclear de Garoña, en Burgos, le queda algo menos de un año para su cierre, aunque siempre cabe la posibilidad de que se prorrogue su vida algo más. Alrededor de medio millar de personas marcharon ayer para exigir que concluya su actividad tras los últimos cinco incidentes registrados este año. La organización Ecologistas en Acción recordó que "Garoña es prescindible" y solicitó al Gobierno que no prorrogue la actividad de esta central.

También la coordinadora contra Garoña convocó a manifestantes contra la posible prórroga e hicieron valer "los impactos negativos para la salud de los habitantes de los pueblos más próximos y el riesgo grave para un millón de personas del entorno, que han supuesto los últimos incidentes registrados".

Nuclenor, propietaria de Garoña, mantiene, sin embargo, que se han efectuado 75.000 muestras que "avalan la inapreciable influencia radiológica en el entorno".

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