Donaciones de órganos

En el diario EL PAÍS del 26 de junio se publica una carta al director enviada desde Vizcaya sobre el tema de la donación de órganos, en la que se habla de un "informe de los servicios sanitarios" que expone la existencia de un descenso de donaciones por la disminución de accidentes y de una mayor resistencia de los familiares a donar.

Desconozco a qué informe se refiere porque los datos publicados este año por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) fueron el resumen de 2007: máximo histórico en donaciones con 1550 en toda España, y el del día del donante en el que el propio ministro Bernat Soria informó en el Congreso de un aumento de los donantes de un 4,5% y de un 7% en la cifra de trasplantes durante los primeros meses del año, sin que en absoluto hayan aumentado las negativas familiares.

Si nos referimos al País Vasco, de donde procede la carta, las donaciones han crecido en estos meses hasta un 25% respecto a 2007.

El único dato cierto, y desde luego positivo, es que, en efecto, el número de donantes entre los fallecidos por accidentes de tráfico ha caído en picado por el descenso de la siniestralidad vial. Sin embargo, este descenso se ha visto de sobra compensado por el aumento de las donaciones entre otros grupos, muy fundamentalmente por las personas mayores.

En cuanto a la medida de declararse donante en el DNI u otro documento, es algo ya explorado en otros países sin éxito. Según encuestas repetidas en toda España por la ONT, dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo, estaría dispuesto a donar sin una explicación detallada entre un 65-70% de la población. En cambio, tras la entrevista por personal especializado, el 84% de las familias da su aprobación. Es decir, la medida nos podría costar perder unos 200 donantes al año.

Sobre la posibilidad de excluir de las listas de trasplantes a los que no se declarasen donantes, sería simplemente ilegal, no sólo en España sino en cualquier país de nuestro entorno.