Una muerte con aire a parricidio

Disparos de madrugada. La policía encuentra a un hombre con un tiro en la cabeza y, sobre una mesa, una escopeta recortada y cinco cartuchos. Al lado del cadáver, el hijo del fallecido, vestido con una riñonera que tiene dentro perdigones, una navaja, cocaína y un aerosol de defensa. Dice que él no sabe nada.

Una historia extraña que de momento se ha saldado con la detención de Óscar, de 34 años, el hijo de Cecilio S., que tenía 65.

El suceso se produjo sobre las dos de la madrugada, cuando los agentes recibieron el aviso de que se habían oído disparos en un domicilio del número 56 de la calle de Villaescusa (Ciudad Lineal). Cuando llegaron, el hijo de la víctima declaró que no sabía lo que había pasado y que no había oído los disparos. La policía lo detuvo como principal sospechoso del homicidio. Según fuentes cercanas a la familia, Óscar podría sufrir alguna enfermedad mental o sufrir drogodependencia. Tiene antecedentes por malos tratos, aunque no a su padre.

Cecilio era muy conocido en su barrio porque había regentado una tienda. Quienes lo conocían lo definen como "un buen hombre, trabajador y entregado a su familia". Estaba separado y vivía solo con varios animales de compañía desde hacía más de 10 años, cuentan sus vecinos. Según la familia del fallecido, Cecilio era aficionado a la caza, de ahí que pudiera tener una escopeta en su casa.

En el barrio comentaron ayer la noticia con consternación. "Yo escuché varios ruidos, como petardos, pero no pensé que fuesen disparos", aseguraba ayer una vecina del inmueble.

El número de homicidios en la región en lo que va de año suma con esta muerte 29 víctimas.