Temor por el efecto de la 'crisis San Gil'

Varios dirigentes del PP mostraron ayer en privado su preocupación por los datos del CIS. No tanto por las cifras, no tan malas, sino sobre todo por el momento en que se hizo la encuesta: antes de la gran crisis provocada por la salida de María San Gil, la presidenta del PP vasco, y otros portazos como el de Gabriel Elorriaga.

Los diputados consultados ayer creen que la caída en picado de la intención de voto empeorará cuando se haga una nueva encuesta que refleje en toda su intensidad la crisis del PP. Por suerte, comentaba ayer uno de ellos, el siguiente CIS llegará después del congreso interno, previsto para el 20, 21 y 22 de junio.

Uno de los datos que más llamó la atención a estos diputados es que, pese a la ligera mejora de valoración de Rajoy, casi un 40% de los votantes del PP declaran tener poca o ninguna confianza en su líder. Mientras, sólo el 16% de los socialistas responden lo mismo sobre José Luis Rodríguez Zapatero. Esto demostraría, para algunos dirigentes, que Rajoy está logrando mejor valoración entre los que no le votan pero pierde fuerza entre sus votantes.

El PP se prepara ya para la demostración de fuerza de Rajoy el sábado, cuando ha convocado a todos los barones autonómicos a un acto en Valladolid -de momento ya hay cinco ausencias confirmadas- y el Comité Ejecutivo del lunes, en el que los críticos podrán exponer sus reflexiones.

Mientras, el debate interno continúa. La mano derecha de Esperanza Aguirre, Ignacio González, reclamó a Rajoy que consulte con todos los dirigentes regionales, incluida su jefa, antes de decidir cuál va a ser su equipo. Mientras, uno de los miembros de ese equipo, Alberto Ruiz-Gallardón -aunque aún no tiene puesto asignado, la mayoría de las fuentes apuestan por una vicesecretaría- se fue a Valencia y comió con Francisco Camps, otro gran apoyo de Mariano Rajoy.