Los reveses electorales socavan la cohesión de la coalición

El tripartito vasco (PNV, EA y EB), bien empastado en torno a los dos planes del lehendakari, el de 2003 y el de 2007, ha atravesado no pocos desencuentros. Las divergencias han ido en aumento desde el primer bajón electoral de la coalición PNV-EA (140.000 votos perdidos en las elecciones autonómicas de 2005); se vieron agudizados tras el traspiés de las tres formaciones en las municipales y forales de 2007 y prosiguen después del revés de las generales del 9-M.

- Alta velocidad. Enfrenta a Ezker Batua-IU, que se opone al trazado ferroviario previsto, con sus socios en el proyecto de mayor envergadura de Euskadi. Esa fue una desavenencia pactada en el acuerdo de coalición.

- Leyes de Suelo y de Dependencia. El PNV se opuso desde los ayuntamientos al proyecto de ley de Suelo del Departamento de Vivienda, gestionado por Javier Madrazo (EB), y al acuerdo entre éste y el ministro Jesús Caldera para la Ley de Dependencia.

- Ruptura PNV-EA. En 2007, EA rompió la coalición electoral que le unía al PNV desde 1999.

- Incumplimiento de pactos. Tras las elecciones locales de 2007, EA privó al PNV de seis alcaldías que le correspondían como partido más votado, en favor propio o de ANV. EB dio la presidencia de las Juntas Generales (parlamento provincial) de Guipúzcoa al PSE, en detrimento del PNV y tampoco respaldó al candidato de este partido en la Diputación alavesa.

- Impuesto de sociedades. En 2007, EA se unió con el PSE para aprobar en Guipúzcoa un impuesto de sociedades diferente al del resto de la comunidad autónoma. El PNV lo corrigió con un decreto que EA estuvo a punto de llevar a los tribunales.

- Coalición cuatripartita. El PNV ha impedido una coalición con EA, EB y Aralar para el 9-M que sus socios sí querían.

- Mociones de censura. EA se opone a las mociones de censura contra los alcaldes de ANV acordadas por el PNV y el PSE.