"No podemos estar detrás de cada vigilante"

Javier García, gerente de seguridad de Metro de Madrid, considera que las agresiones captadas por vídeos son "hechos aislados", pero admite que "a lo mejor" es necesario un esfuerzo mayor para controlar situaciones que, como la de los vídeos, no fueron detectadas por las cámaras de seguridad ni denunciadas por ningún usuario.

Pregunta. ¿Lo ocurrido es un hecho aislado?

Respuesta. Sí. Tenemos más de 2.000 vigilantes que se esfuerzan diariamente y son profesionales...

P. Pero conocieron el caso por un envío anónimo. ¿Cómo están tan convencidos de que se trata de un hecho aislado si sus cámaras no lo detectaron ni recibieron denuncias?

R. Obviamente, tendríamos denuncias, no es habitual...

"Tenemos un contrato mercantil, y son las empresas quienes controlan"

P. ¿Cómo puede saber que no es habitual si no lo captan sus cámaras?

R. Es normal que no lo veamos por las cámaras. Tenemos 4.300 grabando 20 horas al día. A lo mejor en este momento en un pasillo de una estación está ocurriendo algo, pero si alguien no nos lo dice...

P. Insisto, ¿cómo puede saber que es aislado?

R. Tendríamos denuncias.

P. En este caso no las hubo.

R. Fue por un anónimo y no solemos tener anónimos.

P. ¿Tendrían que recibir más anónimos para enterarse de lo que pasa en el metro?

R. Como cualquier otra institución. Si no detectamos que está pasando una situación, lo tenemos como un hecho aislado.

P. A lo mejor hacen falta otros mecanismos para determinar que efectivamente es un hecho aislado.

R. No sólo nos enteramos por denuncias y cámaras. Sirven también las informaciones de los servicios de inspección de Metro, de la seguridad, el aviso de cualquier viajero o empleado, alguien que nos diga que hay vigilantes que hacen cosas así y lo graban.

P. Alguien que avise... ¿No es dejar la seguridad al arbitrio de que los usuarios quieran avisar?

R. Hombre, la gente nos denuncia muchos casos, la colaboración ciudadana es muy acentuada, cualquier cosita que ven los viajeros tardan muy poquito...

P. Pero en este caso nadie les dijo nada.

R. Por eso, como no es habitual que nos pase esto lo consideramos un hecho aislado, es la primera vez que nos tenemos que enfrentar a una situación similar. Tenga en cuenta que con 2.000 vigilantes confiamos en la presunción de inocencia, creemos en su profesionalidad...

P. La profesionalidad no es una cuestión de creencia, debe haber algún control, ¿no?

R. Por supuesto, pero no podemos estar detrás de cada vigilante de seguridad. Si en un momento determinado alguien de forma voluntaria y dolosa quiere hacer algo así, es prácticamente imposible de controlar, pero no en el metro, sino en cualquier sitio. El sentido común lo dice. No es un problema de Metro, ni de Prosegur.

P. Las cámaras no son suficientes, las denuncias no llegan, los viajeros no lo cuentan. ¿A lo mejor hay que hacer algo más?

R. A lo mejor hay que hacerlo, pero estamos hablando de un hecho aislado en un colectivo de 2.000 vigilantes que dan seguridad a 2,5 millones de viajeros. El sistema de seguridad no está hecho para controlar a tres vigilantes de 2.000.

P. ¿Qué control tiene Metro sobre los trabajadores de las compañías de seguridad?

R. No tenemos control sobre los vigilantes precisamente porque no son trabajadores de Metro, tenemos un contrato mercantil y son las empresas quienes controlan.

P. ¿Quién informa a esos vigilantes de medidas concretas que sólo se dan en Metro, como que no pueden pedir el billete?

R. Esa formación la dan sus empresas. Y Metro contrata una tremenda estructura de 200 mandos intermedios, que reciben formación continua cada 15 días, porque no somos capaces, el sentido común lo dice, de llegar a 2.000 personas.

P. Los sindicatos del sector denuncian un exceso de horas extra, ¿cómo controla ese aspecto Metro?

R. Intentamos que las jornadas sean las que tienen que ser. Depende de las jornadas... 40 horas a la semana... pero nunca nos metemos en la organización interna de unas empresas que nosotros contratamos mercantilmente. No nos metemos jamás en si el señor está de mañana, de tarde o de noche. Es un tema de índole absolutamente laboral que respetamos al máximo.