Los sólidos principios de Bardem

Corría 1990. Entonces el veinteañero Javier Bardem era casi un desconocido con algún que otro papel en su haber en series de televisión. No obstante, eso no fue inconveniente para Bigas Luna, que tenía entre manos el difícil reto de adaptar Las edades de Lulú, Premio Sonrisa Vertical de Narrativa Erótica, de Almudena Grandes, a la gran pantalla.

"De la película y del casting yo siempre recuerdo que fui yo quien entonces sugerí a mi amiga Mónica Bardem como actriz para la película. Lo curioso es que ella fue, y lo hizo acompañada de su madre y de su hermano Javier, y, al final, fueron ellos quienes se hicieron con un papel y no ella", recuerda Almudena Grandes. De la cinta, la primera vez que la novelista vio su trabajo en cine dice que le provocó mucha extrañeza, pero que, no obstante, le encontró sentido. "Tiene coherencia porque la historia se vuelve a contar con otra mirada, la de su director, y sin caer en la copia", dice. La Real Academia de Cine, por su parte, le dio dos goyas: al mejor guión adaptado, del propio Bigas Lunas, y mejor actriz de reparto, que recayó en María Barranco. Era el debú de Javier en cine, película a la que siguieron Huevos de oro y Jamón, jamón, todas del mismo director y parte de la colección que EL PAÍS lanza por 5,95 euros.

Segunda piel (1999), dirigida por Gerardo Vera y con guión del propio Vera y de Ángeles González Sinde, es otra de las obras seleccionadas por el periódico como homenaje al actor. La película narra los problemas de una pareja heterosexual cuando aparece un tercero, Javier Bardem, del que se enamora el hombre. Bardem, que recibió excelentes críticas por su trabajo, obtuvo por este papel el Premio Fotogramas de Plata, y la cinta fue galardonada con el Premio Glitter en el Festival Internacional de Cine Gay de Estados Unidos.