Narbona avisa a Cataluña de que no puede trasvasar el Segre

No se dirigía al consejero medioambiental de la Generalitat, Francesc Baltasar, sentado junto a ella; pero sonó parecido. La ministra en funciones de Medio Ambiente, Cristina Narbona, recordó ayer en Barcelona que la Generalitat tiene planes sobre aguas que no le pertenecen. "Si se plantea aportar agua del cauce del Ebro, es competencia del Gobierno", subrayó. Baltasar, muñidor del plan para trasvasar agua del Segre hacia el área metropolitana barcelonesa, tensó una forzada cara de póquer.

El Segre, que discurre por Lleida, es el mayor afluente catalán del Ebro, cuya cuenca gestiona el Gobierno, ya que discurre por nueve comunidades autónomas. Pese a ello, Baltasar esbozó un trasvase que mantuvo bajo llave hasta anteayer, cuando reconoció un plan que había negado en el Parlamento catalán dos semanas antes: desviar durante ocho meses agua de la cabecera del río hasta el Llobregat, que nutre el área barcelonesa, la región más afligida por la sequía. Entonces insistió en rechazar el término trasvase para vestirlo como una "captación puntual de agua". Vocablos a parte, Narbona recalcó que tal idea requeriría una norma con rango de ley. El propósito que el consejero se empeña en callar debería pasar primero por el Consejo de Ministros y después por el Congreso.

Aún queda mucho para eso. La ministra aclaró que no ha recibido ninguna petición formal de la Generalitat referente al trasvase. Portavoces del Gobierno catalán matizaron que "no ha habido formalidades, pero la comunicación es constante". Esta asiduidad, puntualizó después Narbona, se limita al pasado martes. El ministerio supo del proyecto el mismo día en que Baltasar lo reveló públicamente, y fue un "simple intercambio de opiniones preliminar", añadió. "Un trasvase es la última opción que contempla el Gobierno", zanjó. Baltasar también condiciona su plan a que la ausencia de lluvias se alargue hasta octubre.

Las precipitaciones de la semana pasada no impidieron que las reservas sigan menguando. Ayer, el sistema que alimenta a Barcelona cayó al 20,5% de su capacidad, quedando a medio punto de una situación de emergencia prevista para abril.

Críticas de la oposición

Convergència i Unió explotará al máximo esta "captación puntual" de Baltasar. Los partidos que hoy configuran el Gobierno catalán criticaron a CiU por su apoyo al finiquitado trasvase del Ebro al Levante, y la federación nacionalista considera que este "trasvase encubierto" es aún más grave por la actuación "engañosa y cobarde" del consejero Baltasar.

"Es un auténtico atentado ecológico", clamó el diputado de CiU, Ramon Espadaler, predecesor de Baltasar en el cargo. CiU opina que explotar el Segre supone la peor opción y reclama del consejero información "pública y transparente" sobre las medidas para afrontar la sequía. "Si así lo hace, CiU actuará con responsabilidad", prometió el portavoz nacionalista, Oriol Pujol. No concretó en qué consistiría tal compromiso. La portavoz del Partido Popular catalán, Carina Mejías, también acusó al tripartito de actuar con "nocturnidad, premeditación y alevosía" después de que el consejero negara un plan que abona las alarmas en Lleida, cuyos habitantes y agricultores beben del Segre.

Tras el anuncio del martes de Baltasar, la Diputación leridana, presidida por Jaume Gilabert (ERC), convocó para el lunes una reunión con representantes comarcales y de las principales poblaciones para acordar una postura conjunta ante la posibilidad del trasvase, informa Lluís Visa. Gilabert solicitó que el departamento de Baltasar detallara su proyecto, para así saber a qué atenerse.