Impacto celular en la piel

Usted no puede verlas, pero están ahí dentro, en el surco de esa arruga incipiente que aparece reflejada en el espejo. Son las células madre adultas de la piel, a quienes la ciencia se ha propuesto potenciar y preservar con novedosos tratamientos antienvejecimiento.

La idea era aparentemente sencilla: regenerar la piel deteriorada, actuando sobre su verdadera esencia. Concebir la arruga como la consecuencia directa de una degeneración de sus células madre adultas, y buscar el modo de reanimar esa misma materia orgánica. Con tal propósito, un equipo de 20 científicos de los 250 que componen el centro de investigación en Orleans del grupo LVMH (propietario de las líneas cosméticas de Dior, Guerlain y Givenchy) comenzó a buscar en 2002 el modo de tener acceso a ellas. A partir de ahí es cuando se complica este proyecto, bautizado por la firma Dior como Capture XP. Una apuesta desarrollada a lo largo de cinco años para encontrar un medio de transporte de componentes activos para la regeneración celular.

"Nuestra piel ostenta un delicado capital que debemos proteger, y el objetivo de este nuevo tratamiento consiste en fortalecer las células madre adultas para que éstas, a su vez, ayuden a regenerar el resto de células del cutis. Hemos encontrado el vehículo más eficaz para llegar hasta ellas", explica hoy el francés Edouard Mauvais-Jarvis, director de comunicación de los proyectos científicos de la casa Dior. El equipo de investigación de Orleans, con el asesoramiento del profesor Carlo Pincelli -dermatólogo de la Universidad de Módena con quien esta firma mantiene una estrecha y duradera colaboración-, ha alumbrado finalmente Stemsome, el buque insignia encargado del transporte de la preciada mercancía que viaja en la fórmula de Capture XP.

Este agente biovector es el responsable de liberar los tres componentes esenciales del tratamiento: un principio activo con efecto alisador, que actúa sobre la superficie cutánea; un estimulador de la actividad celular, proyectado directamente sobre el surco de la arruga, y un extracto de gramínea de refuerzo, que incide en el interior de la piel. "Por cada célula madre adulta del tejido cutáneo que salvamos, podemos regenerar otros cientos de células", insiste Mauvais-Jarvis.

Desde el centro de investigación de LVMH en Orleans también insisten sobre las suspicacias éticas que pudiera levantar la aplicación a los tratamientos antienvejecimiento de este tipo de avances científicos: "Trabajamos en todo momento con células madre adultas, no embrionarias. Y en tal sentido no se crea ningún problema ético. El material celular necesario para los tests de las fórmulas químicas lo obtenemos a partir de desechos de intervenciones de cirugía es¬¬tética".

"Siempre viva", proclamaban las protagonistas del filme La muerte os sienta tan bien a modo de ritual previo a la ingestión de un supuesto elixir de la eterna juventud. Es imposible resistir la tentación de preguntar a los 250 científicos del grupo LVMH si no estarán empezando a obsesionarse con esa idea. En su nombre responde Mauvais-Jarvis: "La eterna juventud no es nuestra obsesión, es una obsesión de la gente".