Cansado a última hora

José Luis Arceo, catedrático de la Universidad Complutense especializado en Comunicación Política e Imagen Pública, pronosticaba ayer un debate encajonado del tipo aluvión de datos por parte del Gobierno frente a ironía y despejes a córner del líder de la oposición.

Y lo que se encontró, sobre todo al final, fue un toma y daca por un lado y otro, con interrupciones y pisotones dialécticos que no entraban en el guión. "En la última media hora parecía un debate a la americana", explica Arceo.

"Al principio, Rajoy atacaba por aquí y por allá, intentando que Zapatero entrara al trapo del tema que proponía -'Parece que no quiere usted hablar de inmigración'-, pero Zapatero no dejaba robarse la agenda, esto es, seguía hablando de lo que tenía previsto", añade.

Después, a la media hora, Rajoy comenzó a hacer algo que a Arceo le llamó la atención: "Leía mucho. Demasiado. Estaba continuamente leyendo los apuntes. Y como leía, se daba cuenta de que se le quedaban cosas en el tintero, como siempre pasa, y por eso a la intervención siguiente atacaba con más velocidad y se estresaba y vuelta a empezar. Sólo se olvidó de los papeles en sus dos temas favoritos, en los que mejor dominaba: la unidad de España y el terrorismo".

Según este especialista, "Zapatero se lo tenía mejor aprendido, o por lo menos miró mucho menos los papeles que traía".

Algunos expertos en comunicación censuran la propensión de Rodríguez Zapatero a enredarse en una maraña ininteligible de cifras que acaban por desconcertar y aburrir al telespectador. En el debate, Zapatero utilizó cifras pero, según Arceo, "no hubo esa sobreinformación, no se pasó dando todos los datos de que dispone". Al final, según Arceo, Zapatero flaqueó. "Para mí ganó el debate, pero en la última media hora le vi cansado, con ganas de que todo terminara. Hubo algunas descalificaciones de Rajoy que tal vez debió de replicar más contundentemente".