Erna Wallisch, "la diabla del campo de concentración"

Erna Wallisch, antigua guardiana de un campo de concentración nazi, falleció a los 86 años en un hospital de Viena, un mes después de que se reabriera una nueva investigación por sus presuntos crímenes de guerra.

La llamaban "la diabla del campo de concentración". Algunos de los pocos supervivientes del campo de concentración nazi de Majdanek la recuerdan como una de las guardianas más crueles. El Centro Simon Wiesenthal de Jerusalén -cuyo director, Efraim Zuroff, es el promotor de la Operación Última Oportunidad para llevar a juicio a los culpables del Holocausto que aún viven en libertad- la tenía en el séptimo lugar en la lista de presuntos criminales de guerra. Una testigo relató cómo Wallisch, al descubrir a un bebé escondido, lo arrojó con ímpetu al suelo, "como si fuera un madero". Erna K. dijo haberla visto matar a un hombre a palos: "Era la más sádica y cruel. No tenía reparos en golpear hasta dejar a la gente tendida en el suelo". También Jadwiga S. declaró haberla visto, embarazada, golpear con furia a un hombre que se desplomó muerto en un charco de sangre. Pero Wallisch, que nació el 10 de febrero de 1922 cerca de Thüringer, en Alemania, nunca fue castigada por los crímenes que supuestamente cometió entre 1942 y 1944, aunque en los últimos tiempos tuvo motivo para inquietarse. Efraim Zuroff consiguió hace poco más de un mes que la fiscalía de Viena reabriera el expediente contra ella basándose en cuatro nuevos testimonios de supervivientes, presentados en Polonia entre 2006 y 2007. "Wallisch y su familia pueden agradecer el largo fracaso de los distintos Gobiernos austriacos para que al final no haya sido castigada por su papel en el campo de exterminio de Majdanek", comentó este perseverante cazador de nazis.