Vigo ignora adónde van los vertidos de un parque industrial

Esta chocante situación fue descubierta en octubre por una inspección conjunta de técnicos municipales y de Augas de Galicia, que comprobaron en el polígono la inexistencia de vertidos ilegales al río. Pese a las gestiones realizadas en estos meses, no han podido localizar el emplazamiento de la fosa séptica en la que teóricamente se almacenan desde hace años las aguas residuales de las 16 empresas.

El gobierno municipal vigués ha comprometido "tolerancia cero" con los vertidos al río Lagares. Es un objetivo que se repite periódicamente en la ciudad desde que fuera inaugurada, hace más de diez años, la depuradora. La construcción de esta planta se complementó con un colector de trazado paralelo al cauce del río y destinado especialmente a recoger los vertidos industriales que habían convertido el Lagares en una cloaca, bien por vertidos directos o previo paso por fosas que luego se vaciaban en el río sin mayor tratamiento.

Además, desde 1994, las empresas están obligadas a conectarse a las redes municipales de saneamiento siempre que un colector se encuentre a menos de 100 metros. Para las estén a más distancia no hay norma única de obligado cumplimiento.

La inspección del cauce y márgenes del río Lagares, en la que se ha involucrado personalmente la concejala de Medio Ambiente, María Jesús Lago, desveló a mediados del verano pasado, poco después de haberse iniciado, la persistencia en el cauce del río de unos 160 desagües clandestinos, de los que varias decenas ya habían sido detectados y clausurados en una campaña análoga hace cinco años.

Augas de Galicia, en colaboración con el Ayuntamiento, pretende canalizar por la red de saneamiento municipal todos los vertidos que sean susceptibles de conexión y, al mismo tiempo, regular el vertido de las aguas residuales que se envíen a dominio público hidráulico.

El departamento municipal de Medio Ambiente, por su parte, controla las licencias de actividades e instalaciones, analiza las aguas residuales, tanto industriales como fecales, y su vertido a la red de sumideros, lo que resulta la parte más ardua por las irregularidades que afloran en las empresas.

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