El PP busca el voto peneuvista "preocupado" por el radicalismo

El PP vasco buscará con ahínco de cara a las elecciones del 9-M el apoyo de los votantes "defraudados" con los cuatro años de "desgobierno del insensato" José Luis Rodríguez Zapatero, pero también el de los peneuvistas que asisten "preocupados" a la "deriva radical e independentista" de su partido. La presidenta popular vasca, María San Gil, quien compareció ayer en Bilbao con los cabezas de lista de su formación para las generales, reprochó al presidente peneuvista, Íñigo Urkullu, que haya basado su plan de trabajo en la consulta del lehendakari Ibarretxe y los acuerdos avanzados entre el PNV, el PSE y Batasuna en Loiola en otoño de 2006, durante la tregua etarra.

San Gil recordó que tal consulta es "ilegal" y los pactos fueron "cerrados con un partido ilegalizado". La dirigente popular cree que esa hoja de ruta, adelantada la semana pasada por el propio Urkullu, coloca al PNV en la búsqueda de la "cohesión con ETA-Batasuna", en lugar de "pensar en el conjunto del país".

Por contra, para San Gil la prioridad sigue siendo la defensa de la libertad y la derrota del terrorismo. Acusó a Zapatero de haber mentido en relación con los contactos con ETA tras el atentado de la T-4 en diciembre de 2006 y de "legitimar" a la banda como "interlocutor político". Para el PP, instar la legalización de ANV ahora y no en las pasadas municipales muestra el uso "electoral" que Zapatero ha hecho de la lucha antiterrorista.

La presidenta popular cerró ayer el acto de presentación en Bilbao de sus tres cabezas de cartel para el 9-M: Ignacio Astarloa (Vizcaya), José Eugenio Azpiroz (Guipúzcoa) y Alfonso Alonso (Álava). Hubo reparto de trabajo para pincelar algunos puntos del programa que se presenta oficialmente el próximo sábado.

Alonso puso el acento en las propuestas sobre infraestructura de transportes (la conexión ferroviaria por alta velocidad en toda la comunidad). Azpiroz centró su intervención en la defensa de un Concierto y un Cupo "desnaturalizado" con la última reforma. El candidato guipuzcoano planteó la renegociación de la metodología del Cupo para blindarlo y hacerlo compatible con la UE. Y Astarloa defendió el derecho a la libertad lingüística, sobre todo en la educación y la función pública, de forma que los idiomas cooficiales supongan un mérito, pero no un requisito para acceder a la Administración.