"A mí también me echaron por un cáncer"

Roberto Díez, de 35 años, abrió el periódico el 12 de enero y sintió "rabia, mucha rabia". Allí estaba, con un titular enorme. Una mujer denunciaba un caso muy parecido al suyo. Rosa Gómez quedó fuera de las pruebas de acceso a taquillera de Metro por haber sufrido y superado un cáncer de mama. "Es como si fuéramos apestados", pensó Díez. A él le descubrieron en 2003 un tumor en un testículo. Tres años después se presentó a las pruebas de taquillero y le echaron tras el examen médico.

Sentado en un banco de Avenida de América, Roberto Díez hace un relato veloz de su enfermedad, sin dramatismos. Explica que, tras el susto del diagnóstico, llegó lo más duro: la operación, meses de quimioterapia, el cansancio... "Sí, acabas agotado, pero luego lo superas y tu vida sigue". Roberto decidió olvidar la enfermedad y buscar trabajo. Se presentó a las pruebas de Metro en 2006. Superó con éxito los exámenes. En el reconocimiento médico le preguntaron por su historial y él contó lo del cáncer. "El médico no me dijo que fuera un problema". Pero lo era. Meses después le llegó el informe de No apto. Él lo achacó a un fallo de la vista, no distingue bien las tonalidades del azul. Como había encontrado otro trabajo, no pidió más datos. Hasta que se dio de bruces con el caso de Rosa Gómez.

El PSOE pide la revisión de todos los casos rechazados en las pruebas médicas

"Fue demasiado duro", asegura. "Expulsado por un cáncer del que ya estoy curado". Ahora está dispuesto "a lo que sea" para que se revise su caso, porque un tumor no debería ser un impedimento "y menos por escrito". Díez se refiere al profesiograma, un documento de Metro que establece los requisitos para cada puesto de trabajo. Alude a cánceres que por sus secuelas puedan "comprometer" la actividad profesional. No establece ningún plazo. A Rosa Gómez le dijeron que estaba vigente durante los cinco años posteriores a la detección de la enfermedad. Cuando se hizo pública la denuncia de la mujer, el consejero de Transportes, Manuel Lamela, anunció que ese requisito se retiraría. "Los tumores malignos se eliminarán de los requisitos", reiteró un portavoz de Metro, que aseguró que el caso de Roberto Díez se está estudiando, aunque ningún responsable del suburbano se ha puesto aún en contacto con él.

"Metro es demasiado lento, ya tendrían que haber cambiado ese documento", critica Teodoro Piñuela, portavoz de UGT en el suburbano. Los sindicatos denuncian que el profesiograma, vigente desde 2005, no se ha consensuado con los representantes de los trabajadores. UGT prepara alegaciones para que se retiren otros requisitos "discriminatorios" como padecer diabetes o hepatitis.

El asunto llegará a la Asamblea de Madrid. La portavoz del PSOE, Maru Menéndez, pedirá que se revisen todos los casos de personas excluidas por razones clínicas. Considera que los reconocimientos médicos "deberían servir para comprobar si un puesto concreto perjudica a la salud de un empleado, y no al contrario".