Una oferta con contenidos no siempre originales

Las televisiones locales que estaban operando antes de 1995, tenían de plazo hasta el 1 de enero de 2008 para seguir emitiendo en analógico (el sistema convencional). Para las concesiones de nueva planta, la ley exige una serie de obligaciones sobre los contenidos que, según el presidente del llamado G-9, no se están cumpliendo. "Muchos se han metido en los concursos para especular con las frecuencias, como quien compra un solar", dice Francisco Pérez, presidente de una de las principales asociaciones de canales locales.
Según los compromisos adquiridos, estas empresas están obligadas a emitir un determinado número de horas diarias (alrededor de cuatro) de programas originales relacionados con su ámbito de cobertura.
Pérez es también el impulsor de Tele K, una emisora de carácter comunitario que opera en el madrileño barrio de Vallecas. La Ley de Impulso de la Sociedad de la Información (LISI), aprobada a finales de diciembre, salvó del cierre a las televisiones locales gestionadas por entidades sin ánimo de lucro que emitían antes de 1995. Ahora podrán obtener una concesión de TDT, siempre que haya frecuencias disponibles y su programación tenga un interés local, social y cultural. La ley establece que no podrán emitir publicidad, aunque sus programas podrán estar patrocinados.
En esta situación se encuentran alrededor de 20 estaciones de baja potencia, algunas de las cuales atesoran una trayectoria de más de 25 años, que gracias a esta medida saldrán de la inseguridad jurídica. Pero ésta es sólo una parte del enmarañado modelo audiovisual español. El PSOE ha prometido una nueva ley que orden el sector si vuelve a ganar las elecciones.
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