El derechista Blocher pierde su puesto en el Gobierno de Suiza

Una jornada que se anunciaba rutinaria terminó convirtiéndose en una auténtica tormenta en el habitualmente sereno panorama político suizo. En la tarde de ayer, la Asamblea Federal estaba llamada a elegir a los siete miembros del Consejo Federal, o Ejecutivo, para los próximos cuatro años. Este es el órgano que dirige los destinos de la nación y dentro del cual se elige al presidente de Suiza, cargo rotativo que dura un año.

En la votación estaba previsto que se reeligiera para otro mandato al actual ministro de Justicia y Policía, el polémico y controvertido caudillo derechista y millonario industrial Christoph Blocher. Este hombre saltó a la fama mundial gracias a su agresiva campaña centrada en el rechazo a los extranjeros y al ya célebre cartel de la oveja negra.

Pero la sorpresa en estas votaciones se llama Eveline Widmer-Schlumpf, quien pertenece a la misma formación de Blocher, la Unión Democrática de Centro (SVP-UDC). La diputada fue elegida en la segunda vuelta por 125 votos sobre 242 contra 115 obtenidos por Blocher, creando así una situación inédita y de gran complejidad dentro de la aritmética electoral del país. La política, originaria de la Suiza oriental, ha pedido "un día de reflexión" antes de aceptar (o no) su cargo. Esta decisión debería ser tomada a primera hora de hoy jueves.

En las recientes legislativas del 21 de octubre pasado, el partido de Blocher obtuvo una amplia mayoría, con casi el 28% de los votos. Según el sistema proporcional vigente en Suiza, conocido como fórmula mágica, su partido tiene derecho a ocupar dos puestos en el Consejo Federal. Los otros ministerios se reparten entre el Partido Socialista (2) el Partido Radical (2) y el Partido Demócrata Cristiano (1). El otro consejero federal por la SVP-UDC es Samuel Schmid, titular de la cartera de Defensa. Pero la sorpresa fue que, si bien el resto de formaciones políticas de centro, izquierda y verdes, no discuten este principio de proporcionalidad y han mantenido en sus puestos a los actuales consejeros federales, sí se oponen a la reelección de Blocher.

Esta situación dejaría dos salidas posibles. La primera es que Widmer-Schlumpf se pliegue a los deseos de su partido y rechace el puesto que le ofrece el Parlamento, con lo que se realizarían nuevas votaciones en las que, con toda seguridad, se volvería a proponer la candidatura de Christoph Blocher. La segunda, la más probable, es que acepte el mandato del Congreso y lleve a la SVP-UDC a replegarse en la oposición. Esta opción es temida por todos, pues visto el enorme peso del partido podrían conducir a una virtual parálisis del Estado y así aplicarse a demoler toda propuesta legislativa en los próximos cuatro años. Un dilema inédito en la historia política suiza.

De hecho, la prensa suiza afirma que "la naturaleza misma del sistema político helvético está en juego".