"No vamos a atender el requerimiento"

"No vamos a atender a ese requerimiento". Así de tajante fue la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, cuando se le preguntó ayer por la reprobación que el Parlamento de Cataluña hizo de la titular de Fomento, Magdalena Álvarez.

Fernández de la Vega se aferró excusas formales para rechazar la demanda catalana. "El Parlamento de Cataluña es autónomo para decidir y reclamar lo que considere oportuno, pero el Gobierno está controlado por el Parlamento nacional", señaló.

La vicepresidenta no esgrimió siquiera el argumento que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, y la propia ministra utilizaron para justificar su continuidad, tras destaparse la crisis de las infraestructuras en Cataluña: la necesidad de que Álvarez dedicara sus energías a terminar la tarea pendiente en Cataluña, con el broche de la inauguración del tramo del AVE a Barcelona.

Otra cosa será lo que suceda tras las elecciones de marzo de 2007 si Zapatero revalida su victoria de 2004. Aunque la Moncloa es hermética, algunas fuentes socialistas recuerdan los precedentes de las dos ministras que obligaron a Zapatero a bajar a la arena porque una crisis les superó: la de Educación, María Jesús Sansegundo, y la de Cultura, Carmen Calvo. Salieron del Gobierno cuando Zapatero remodeló el Gabinete.