Asombrosa autoridad
Tras un rimbombante elogio a En la carretera, de Kerouac, publicado hace exactamente 50 años (el de los beats era el único movimiento literario en el que las mujeres, a no ser que estuvieran locas, no podían desempeñar papel alguno y no podían heredar nada), fue un alivio despertar y descubrir que Doris Lessing había ganado el Premio Nobel de Literatura. Para poner las cosas en contexto, su novela de 1962 El cuaderno dorado, que trata de las dificultades de ser mujer y escritora, del psicoanálisis y las crisis mentales, del atractivo y los desencantos del comunismo, de las funciones del cuerpo femenino, del sexo y las novedades que el siglo XX trajo en las relaciones entre hombres y mujeres, a la vez que daba testimonio del mundo que la rodeaba, fue toda una innovación. Sylvia Plath, mucho más joven que ella, publicó (bajo seudónimo) La campana de cristal -sobre la crisis mental de una escritora- en 1963. Estas mujeres destacaron como fenómenos aislados en un paisaje vacío de escritoras.
Yo sabía lo que estaba ocurriendo en Inglaterra (por edad, estaba más cerca de Sylvia Plath) porque había publicado en Nueva York en 1960, y después en Londres, mi primera novela, Latidos en la gran ciudad, una especie de novela anti-beat sobre una chica que se suicida después de que la obligaran a someterse a un aborto legal. Al contrario que Simone de Beauvoir, cuyas opiniones muy anteriores en El segundo sexo eran menos pesimistas (se encontraba en la cumbre de su relación social con Sartre), todos estos libros fueron escritos por mujeres (incluida yo) ajenas al ámbito literario. Y ser mujer y escritora, en aquellos tiempos precarios, era buscar la inestabilidad. De ahí los temas depresivos.
Lo primero que me impresionó de El cuaderno dorado fue que los personajes realmente hablaban. Los intelectuales sonaban a intelectuales. La narrativa estadounidense tendía entonces a considerar que el estilo lo era todo, y frecuentemente los personajes sonaban como símbolos, o como idiotas monosilábicos; en la nouveau roman francesa sonaban a matemáticos en paro. A diferencia de Plath, Lessing no tenía una gran sensibilidad para el lenguaje; pero utilizaba la estructura con brillantez, y todos aprendimos nuevas técnicas del uso que hacía de cuatro cuadernos simultáneos, parte de los cuales aluden a su juventud en Zimbabue. Es interesante que Lessing, Isak Dinesen, Anais Nin, Marguerite Duras, Teresa de la Parra y Cristina Stead cambiaran de continente siendo jóvenes. Este tipo de desplazamientos pueden liberar una fuerza genérica, y la inclusión de las preocupaciones y la esencia del exilio no entiende de sexos. Este desplazamiento, este desarraigo, da a la obra de estas autoras, en especial a la de Lessing, una asombrosa autoridad.
Traducción de News Clips.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Abraham Mateo cuenta cómo le hacían la vida imposible en el colegio: “Me pusieron seguridad dentro del centro”
Telefónica realiza la oferta final del ERE con 4.554 salidas para todo el grupo
Maíllo se desmarca de la petición de remodelación del Gobierno de Díaz: “No fue acordada”
Santos Cerdán denuncia una persecución “propia de la inquisición” en la comisión del ‘caso Koldo’ en el Senado
Lo más visto
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- El rechazo de Francia y las dudas de último minuto de Italia amenazan con descarrilar la firma del acuerdo entre la UE y Mercosur
- La UCO precipitó la detención del expresidente de la SEPI porque se percató de que lo seguían cuando iba a una cita con Leire Díez
- Interior nombra jefe de la UCO al coronel Pedro Merino, exintegrante de la unidad y que estuvo destinado en La Zarzuela y Seguridad Nacional
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano




























































