Deferr y Rafael Martínez lanzan a la España del futuro

La gimnasia masculina española dio ayer un nuevo paso adelante. Si hasta ahora era cosa de talentos aislados como Gervasio Deferr, Jesús Carballo y Rafael Martínez, y mucho antes el gran Joaquín Blume, ahora ya pueden decir bien fuerte que también son un equipo. España acabó sexta en los Campeonatos del Mundo de Stuttgart, el mejor resultado de la historia, por encima de Rusia y Rumania, dos equipos con mucha más tradición en este deporte. Y encara los Juegos Olímpicos de Pekín con un optimismo desconocido.

Antes de la competición, sólo una persona confiaba en llegar a la final. Era el seleccionador, Álvaro Montesinos, una máquina de calcular. Le bastó con ver las puntuaciones de sus rivales el primer día para saber que sus muchachos podían hacer historia, cuenta un miembro de la delegación española. Y así fue.

Con el subidón de la clasificación en la mano, Deferr y compañía salieron ayer sin nada que perder. Con el billete a Pekín bajo el brazo. A divertirse porque todo lo que viniera sería mejorar. Y eso que la final es una competición a muerte, donde suman todas las notas y por tanto cualquier fallo se paga muy caro.

Los españoles empezaron impecables en salto. Ni siquiera el jovencísimo Sergio Muñoz, el que menos experiencia internacional tiene, titubeó. Se colocaron primeros. Era un espejismo porque este aparato es el que parecen dominar más los gimnastas de todo el mundo, lo que se refleja en unas notas más altas.

Bajaron en paralelas y, sobre todo, barra fija y volvieron a repuntar en suelo. Y eso que Isaac Botella, finalista en esta prueba en los Mundiales del año pasado, falló y acabó apoyando las manos en su última serie. Pero ahí estaba Gervasio Deferr, otra vez Deferr, el que raramente falla en las ocasiones importantes, para sacar la papeleta y de paso volver a presentar su candidatura para una medalla en este aparato el próximo sábado.

Tras el suelo, aguantaron el tirón en potro con arcos para dar el último empujón en las anillas, la gran prueba de fuerza. Conclusión: España es un gran un equipo de saltadores -logró la tercera mejor nota tanto en salto como en suelo- y debe mejorar las pruebas más técnicas, como arcos y barra fija. Lo que está claro es que Álvaro Montesinos ha logrado construir un grupo compacto y equilibrado, mezcla de experiencia y juventud, de especialistas como Deferr y todoterrenos como Rafael Martínez, con nombres respetados por los jueces y mucho futuro por delante. El más veterano es Deferr, que aún no ha cumplido los 27 años y va a por sus terceros Juegos Olímpicos.

Al final, sextos, un puesto por encima del logrado hace dos días y que permite olvidar en parte el fracaso de las chicas en estos Mundiales. Lo celebraron como si fuera una medalla, conscientes de que aún no están en la otra liga, la de los chinos -campeones- y japoneses -segundos-, pero que cada vez están más cerca. Con gritos, abrazos, saludos a la grada, donde les jaleaban entrenadores, familiares, amigos y directivos de la federación, y Deferr inmortalizándolo todo con una cámara de fotos.

Resultados. Final por equipos. 1. China, 281,900 puntos. 2. Japón, 277,025. 3. Alemania, 273,525. 4. Estados Unidos, 272,275. 5. Corea del Sur, 269,950. 6. España (Sergio Muñoz, Gervasio Deferr, Isaac Botella, Manuel Carballo, Rafael Martínez e Iván San Miguel), 269,400. 7. Rusia, 269,200. 8. Rumania, 267,750.