El teatro de Garrigues

Antonio Garrigues Walker (Madrid, 1934), presidente del despacho Garrigues, uno de los bufetes de abogados más importantes de España, vive en un ático en el madrileño barrio de Chamberí. La emancipación de sus hijos les ha llevado a él y a su mujer, Francisca, a reformar la casa y dividirla en dos partes. En una están las estancias privadas, el dormitorio y el despacho, y la otra ha sido reconvertida en un enorme salón diáfano. "Me encanta utilizar todo el salón. Lo que más me gusta es su luminosidad. La luz es vital, debería ser un derecho humano", reflexiona Garrigues. Disponer de tanto espacio le permite practicar su pasión en casa: el teatro. En un extremo del salón hay un pequeño escenario donde se representan las obras que él mismo escribe y dirige desde 1959. "Mis referentes son Joyce, Kafka e Ionesco. En general, el teatro del absurdo. Suelo escribir acerca de temas filosóficos". Hasta ahora las mayores representaciones las hacía en su casa de Sotogrande (Cádiz), "sin embargo, se me fue de las manos y a la última asistieron casi mil personas". Ahora ha optado por el teatro de cámara. "Son pequeñas obras de unos 20 minutos tras la cena". Todo es amateur, hasta los actores, que suelen ser sus invitados. "Siempre he reunido a amigos en mi casa, pero nunca me han gustado las cenas de primero, segundo y postre. He intentado recuperar la idea italiana renacentista de hacer cosas aunque no seamos profesionales: dar una conferencia o un número de magia". Garrigues está sopesando incluso dar el paso al teatro profesional.