Herencias de estilo

Sin títulos de crédito iniciales, la película se abre con un luminoso primer plano de Elena Anaya seguido de una conversación de ruptura amorosa interpretada, escrita y dirigida de forma excelente. Lástima que la actriz española apenas salga una secuencia más, pero desde luego Entre mujeres, debut en el largo de Jonathan Kasdan, tiene atmósfera, tacto, frescura. De tal palo tal astilla: a la espera de que Lawrence Kasdan se recupere del estropicio de crítica y público de su última película, la nefasta El cazador de sueños (2003), es su hijo Jonathan el que recoge el testigo de la dulzura y el tono entre trágico y cómico de algunas de las mejores películas de papá.

Entre mujeres aborda el universo femenino desde cinco ámbitos (niñez, adolescencia, juventud, mediana y tercera edad), desde la mirada perspicaz y sensible de un veinteañero relacionado con la industria del cine, evidente álter ego del director. En la línea de películas como Beautiful girls o Garden state, Kasdan muestra parte de lo mejor de su padre: buenos diálogos, magnífica cadencia y situaciones con un punto de excentricidad, sobre todo ante la muerte (recordemos Reencuentro). Aunque también algunas de sus imperfecciones: cierta huida hacia lo fácil en los momentos trágicos y un peligroso equilibrismo (sin caída) en el alambre de lo cursi.