El socialismo madrileño se parte en dos

Los siete años de tregua del mandato de Rafael Simancas en el Partido Socialista de Madrid (PSM) se agrietan. El tsunami electoral, en metáfora acuñada por uno de los críticos de la Ejecutiva, está multiplicando los conciliábulos de insatisfechos con la solución al desastre.

"No necesitamos una luz que nos guíe", dice un miembro del sector acostista

La opinión mayoritaria responsabiliza a Moncloa de la derrota y apoya al candidato

Los siete años de tregua del mandato de Rafael Simancas en el Partido Socialista de Madrid (PSM) se agrietan. El tsunami electoral, en metáfora acuñada por uno de los críticos de la Ejecutiva, está multiplicando los conciliábulos de insatisfechos con la solución al desastre: permanencia provisional del ex candidato al frente del aparato. Ayer, el PSM se dividió en dos grandes bloques. Uno, que culpa de todos los males en Madrid a la Ejecutiva Federal, y por elevación a José Luis Rodríguez Zapatero. Éstos, asimismo, defienden la permanencia de Simancas -este bloque lo componen los acostistas y la gente más ligada al ex candidato-. El otro, conformado por alcaldes socialistas del sur y parlamentarios relevantes, quiere "soluciones de calado" y consideran la forma de cerrar la crisis como "una huida hacia adelante".

Los críticos con el aún secretario general comieron ayer en un restaurante de Atocha. No por gusto gastrónomico. Había mucho que discutir entre "políticos con mucha sintonía". En la mesa, los barones del sur, alcaldes exitosos como Pedro Castro (Getafe) y Enrique Cascallana (Alcorcón). Junto a ellos, un grupo de parlamentarios de la Asamblea "moderados y preocupados": Adolfo Navarro (portavoz de Educación), José Quintana (Transportes), Adolfo Piñedo (Hacienda), Antonio Fernández Gordillo (Vivienda) y José Antonio Díaz (Cultura).

Éstos, gente de confianza de Simancas durante la pasada legislatura, abogan por un cambio de líder visible "desde ya mismo" y apuntan a Tomás Gómez, alcalde de Parla votado por el 75% de su electorado. "Todavía no hemos hablado con él, pero es uno de los que encajan en el perfil", explica Cascallana. Gómez ha hecho explícita en este periódico su intención de seguir en Parla.

Además, estudian reunirse con José Blanco, secretario de Organización del PSOE, para que desactive una posible maniobra de Rafael Simancas para ganar el próximo congreso de julio de 2008. "Rafa, a quien apreciamos, no puede seguir en primera línea", concluyen.

Este sector, además, disiente de "crear una cortina de humo con el batacazo de Miguel Sebastián y tratar de llegar por alcance a Zapatero". Consideran que los pésimos resultados exigen un análisis "más allá de un candidato u otro" porque "la crisis en Madrid empieza a tener unas raíces más profundas y muy graves". Su lado moderado surge cuando afirman que quieren tomar las decisiones "con Simancas y no contra él". En este sentido, Enrique Cascallana tacha de absurdo considerar al Gobierno responsable "cuando vamos de derrota en derrota".

"A río revuelto, ganancia de pescadores", replica a esta operación el sector acostista, que prefieren ser llamados "los socialistas". Éstos ponen el acento en las relaciones con la Ejecutiva Federal: "No necesitamos una luz que nos guíe, llevamos aquí desde Pablo Iglesias", dijeron en referencia a la estrategia del partido y de su secretario general, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Éstos, entre los que se cuentan Francisco Cavaco, José Manuel Franco (diputados regionales) y José Cepeda (portavoz de Empleo), creen que "el ciudadano de Madrid piensa en el Estado", y que el PSM "ha pecado de no tener una voz propia en los asuntos territoriales y de terrorismo", según Cavaco. Con cierta sorna, critican la campaña socialista en la capital. "Aquí no se vota por los parquímetros".

Otro significado miembro avisa de que van a apoyar a Simancas para "no avivar el fuego" y de que "Sebastián es sólo un síntoma, no la enfermedad". E insisten: "La campaña la diseñaron desde Ferraz, no desde el PSM", para concluir: "No es ningún secreto que aquello fue muy traumático". Los acostistas sostendrán a Simancas, pero a cambio quieren un gran congreso con las bases del partido. Según afirman, controlan a las Juventudes Socialistas de Madrid.

Las familias del socialismo madrileño se han polarizado y cada una ocupa ahora un casquete -cercanos al Gobierno y críticos con él-. Sólo hay dos facciones: los que abogan por la paciencia con Simancas, la mayoría, y los que no, menos, pero muy significativos. El resultado al enigma de si se cierran los siete años de reinado en el PSM de El Pacificador, el próximo 10 de junio en la Ejecutiva Regional. Entonces se decidirán los portavoces en la Asamblea y en el Ayuntamiento.