Vergüenza de Europa

Efectivamente, como titulaba el editorial de EL PAÍS del 20 de enero, España es la vergüenza de Europa en lo que a siniestralidad laboral se refiere, pero a mi juicio no fundamentalmente por las razones expuestas en su editorial, que basaba su razonamiento en la comparación de índices de siniestralidad mortal entre España y Europa. El importante descenso de la siniestralidad mortal en España en los últimos años no justifica la vergüenza.

La auténtica vergüenza no reside ahí, sino en el hecho de que España es el único país de la Unión Europea (y de bastante más allá) que desde 1984 ha aumentado su índice de siniestralidad general (accidentes mortales y no mortales en conjunto) que, según los datos del Ministerio de Trabajo, en 1984 fue de 5.330 accidentes con baja por cada cien mil trabajadores y en 2005 (último dato publicado) fue de 6.011.

Mientras tanto, los grandes Estados europeos iban reduciendo lenta pero constantemente su siniestralidad: Alemania, el 50% entre 1984 y 2004. Francia, un 33% aproximadamente en el mismo período. El conjunto de la Unión Europea de 15 miembros, el 22% entre 1994 y 2002. Quizá habría que preguntarles cómo lo hacen, a la vista de nuestra manifiesta incapacidad para imitarles..