Oposición constructiva

Desde que ETA declaró su "alto el fuego permanente" he seguido el proceso con interés y esperanza, como otros muchos millones de españoles. Ahora que éste ha llegado a su fin es hora de hacer balance. Desde luego, el Gobierno ha fracasado en su intento por acabar con la violencia terrorista mediante el diálogo. Los errores que ha cometido sólo puede analizarlos él, pues el resto de españoles poco sabemos de los contactos que haya podido haber, como debe ser.

De lo que sí hemos sido testigos es de los errores que han cometido el resto de fuerzas políticas, que aunque en menor medida también han intervenido en el proceso de manera indirecta.

Por supuesto, yo no soy nadie para decirle a la oposición cómo debe realizar su labor, pero sí quisiera pedirle respeto para el Gobierno, para todas las instituciones y para todos los españoles que en su día, y haciendo ejercicio de su libertad, votaron a Zapatero o dejaron de votar a Rajoy.

La obligación de la oposición es dejar clara cuál es su postura en política antiterrorista y después dar su apoyo firme a la que decida seguir el Gobierno (al cual debería "permitir" gobernar, como hacen los verdaderos demócratas). De este modo, el fracaso de una política antiterrorista será achacable exclusivamente al Gobierno, y el éxito de la misma será de éste y de todas las fuerzas políticas que, de acuerdo o no, le brindan su apoyo sin fisuras. Así debería ser y así no ha sido hasta ahora.

Por ello, en adelante me gustaría seguir escuchando al señor Rajoy en su insistencia por volver al "Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo", seguido de un apoyo total, aunque disconforme, a la política antiterrorista que establezca el Gobierno democrático de España.

Ésta será la oposición constructiva que nos merecemos los españoles.